Han tenido que transcurrir 70 años para que las pinturas murales que decoran las bóvedas de la Real Iglesia de los Santos Juanes, ubicada en Valencia, parcialmente destruidas en los disturbios de la Guerra Civil, recuperen, en la medida de lo posible, su antiguo esplendor.

Las pinturas, realizadas en el año 1699 por Antonio Acisclo Palomino, pintor de cámara del monarca Carlos II, están siendo restauradas por el Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), bajo la dirección de Pilar Roig, la mayor experta que existe sobre la obra de Palomino.

Al haber sido incendiado el templo siete veces durante la Guerra Civil, las pinturas, de valioso interés histórico y artístico, presentan numerosas lagunas, así como zonas quemadas y ahumadas por el fuego.

Es por ello que la intervención, en la que se están empleando las últimas técnicas en restauración pictórica como la colorimetría, se dirija en principio a limpiar y consolidar lo conservado mediante el procedimiento del agua desionizada caliente, para después proceder al estucado con el que se nivelarán las pinturas y, en último lugar, la integración cromática con ayuda de una gran fotografía de la bóveda antes del incendio.

El proyecto contempla también desmontar el resto de los paneles donde se sitúa la pintura, conocida popularmente como La Sixtina Valenciana, para dotarla de un soporte más flexible e integrarla en todo el conjunto. El plazo de realización de todos los trabajos de rehabilitación se estima en 18 meses.