NUEVAS ATRIBUCIONES AL ESCULTOR VALLISOLETANO PEDRO DE ÁVILA

11/11/2024


 

 

Santander. Estudios de Patrimonio, revista científica de periodicidad anual publicada por la Universidad de Cantabria, incluye una sección dedicada a artículos abiertos a cualquier doctor investigador sobre los variados aspectos que abarca el Patrimonio Histórico, Territorial y Artístico, sin limitación de lugar ni tiempo.

Entre dichos artículos sobre el patrimonio del último número (7) de la publicación, se encuentra San Francisco de Paula en éxtasis y otras obras atribuibles al escultor vallisoletano Pedro de Ávila (1678-1755), en el cual el investigador independiente Javier Baladrón Alonso sigue acrecentando el catálogo productivo del referido artista, que en los últimos años no ha dejado de crecer, prueba inequívoca de que dirigió un amplio y dinámico taller que suministró obras a numerosos puntos del norte peninsular, haciendo especial hincapié en la escultura de San Francisco de Paula que se conserva en el templo del Salvador de Valladolid, realizada en el año 1715.

Hasta 14 esculturas más relaciona Baladrón con Pedro de Ávila, tanto en Valladolid y su provincia, como en otras localidades como Alba de Tormes (Salamanca) o Cuéllar (Segovia). Entre dichas obras destacan dos bustos de Ecce Homo y Dolorosa conservados en el Museo Nacional de Escultura.

Pedro de Ávila (1678-1755), hijo del también escultor Juan de Ávila, se formó al principio en el taller paterno y luego en el de su futuro suegro Juan Antonio de la Peña. Un viaje a Madrid realizado entre 1705 y 1707 varió sustancialmente su estilo al recibir en la capital de España, que por entonces era un crisol artístico y cultural, influencias madrileñas, italianas y andaluzas. A su regreso a Valladolid se convirtió durante casi cuatro décadas en el escultor más relevante de la ciudad.

 

 

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