NUEVA OBRA DE JUAN VENTURA
17/12/2008
La iconografía de Jesús Despojado de sus Vestiduras se halla relacionada con el Escarnio sufrido por Cristo después de ser azotado por sus verdugos en el pretorio. Si en este último caso, la divinidad del Varón fue ultrajada mediante el adorno de la clámide como manto real, la caña o el rollo de papiro haciendo de grotesco cetro, y el casco de espinas simulando una corona que le provocó intensos dolores; en el momento del Despojo, Jesús es humillado de nuevo siéndole arrebatadas todas sus vestiduras -luego rifadas entre la soldadesca-, ya que, pese al perizoma que cubre la mayoría de los simulacros, lo más probable es que fuese crucificado sin ropa alguna.
La desnudez del Despojo, parcial en todas sus representaciones -al menos, las de carácter procesional- acerca también esta escena al pasaje del Ecce Homo, puesto que, según la tradición, Cristo fue presentado ante el pueblo con el torso y la espalda descubiertos, mostrando así la crueldad de los tormentos infligidos.
Pese a los latigazos y a las heridas sufridas durante el recorrido con la cruz hacia el Monte Calvario, no resulta muy cruenta la creación que hoy les presentamos sobre el tema, labrada por Juan Ventura. El autor parece querer insistir más en la expiación del Redentor, voluntariamente aceptada para la salvación humana, de ahí que extienda sumisamente los brazos como símbolo de ofrecimiento al sacrificio y de su rostro emane resignación y entereza, señal de la infinita paciencia de Cristo, tantas veces ensalzada por la doctrina cristiana.
La escultura, tallada en madera de cedro policromada por el escultor e imaginero de Lora del Río (Sevilla), es de pequeño formato (90 cm, aproximadamente). Al igual que el Niño Jesús que les mostramos el pasado 14 de diciembre, ha sido presentada con éxito por su autor en la última Bienal de Imaginería del municipio onubense de Higuera de la Sierra. El color blanco de la túnica con que es revestida, la enlaza también con el Desprecio de Herodes, al ordenar el tetrarca vestir a Jesús de este tono con el fin de advertir públicamente su locura.
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