Conocido popularmente como Fray Escoba, el peruano Martín de Porres (1579-1639) -o de Porras, según reza en algunos documentos-, hijo de español y panameña, fue el primer hombre mulato de América en ser canonizado. Miembro de la Orden Religiosa de Santo Domingo de Guzmán, ya en vida tuvo gran fama de santidad entre la sociedad de Lima por sus virtudes de nobleza, humildad y entrega infinita al prójimo.

La popularidad de Fray Escoba sigue teniendo vigencia en nuestros días. De hecho, la comunidad parroquial de San Roque y Santa Ana, del municipio alicantino de Torrevieja, ha encargado al escultor y pintor local Víctor García Villalgordo esta representación del fraile dominico en talla completa y tamaño natural -mide 170 cm de altura-, realizada en madera de tilo policromada y estofada en oro.

La imagen fue presentada en la tarde de ayer y será entronizada el próximo mes de octubre, aproximadamente, en un retablo de mármol cuyo fondo de ángeles correrá a cargo también del artista torrevejense. De esta forma, queda además el templo completo en sus retablos laterales.

Víctor García muestra al fraile en pleno arrebato místico, mientras desempeña la humilde labor, casi cotidiana, por la que le vino su apodo: barrer los pasillos del claustro de Santo Domingo de Lima. Una mano la lleva al pecho como símbolo de gozo divino, mientras la otra sujeta un bien resuelto crucifijo en alusión a la presencia de Dios. Su rostro extasiado de ébano incluye detalles de gran realismo a la hora de recrear la textura la piel.