Uno de los artífices más significativos de la escultura de la segunda mitad del siglo XIX en Zaragoza fue Antonio Palao Marco (1824-1866). Muy joven abandonó su localidad natal, Yecla (Murcia), para formarse en las ciudades de Murcia, Valencia y Madrid. En 1851 se estableció en Zaragoza a raíz de la creación de la nueva academia provincial de Bellas Artes, en la que obtuvo plaza de profesor. En su ciudad adoptiva fue muy bien acogido entre todas las clases zaragozanas, de las que recibió estimas y honores hasta su fallecimiento en 1866.

Cuarenta años después, tras el libro "El escultor Antonio Palao" editado en 1984 por el Ayuntamiento de Yecla, el historiador Wifredo Rincón García (Zaragoza, 1956) vuelve a abordar la figura del reconocido artista con El escultor Antonio Palao Marco. 1824-1886, publicación editada por Fundación Ibercaja.

El nuevo libro recorre toda la trayectoria profesional y vital de Palao, abordando cuestiones tanto artísticas como históricas de sus obras, entre las que se encuentran la Virgen de la Piedad, la Virgen de los Dolores (conocida popularmente como Soledad de Palao) o sus grupos escultóricos para las capillas de la Basílica de la Pilar, todas ellas en Zaragoza, o sus figuras para el retablo mayor de la Catedral de Murcia.

Dicha publicación fue presentada el pasado 17 de septiembre en la Real Capilla de Santa Isabel de Portugal (vulgo San Cayetano) de Zaragoza. El próximo 1 de octubre, a las 20:30 horas, será presentada en la Catedral de Murcia (Plaza de la Cruz, 1).

Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza (UNIZAR) y archivero de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis (Zaragoza), Wifredo Rincón García forma parte de la escala investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), siendo en la actualidad profesor de investigación en el Departamento de Historia del Arte y Patrimonio del Instituto de Historia (Madrid).