Ayer fueron presentadas y colocadas en su paso procesional las nuevas figuras secundarias que acompañarán al Cristo Azotado en la Columna de Martos (Jaén) en su estación de penitencia. Al igual que la hechura de Jesús, que data del año 2001, estas espléndidas efigies han sido labradas por el famoso imaginero cordobés siguiendo su habitual gusto por el realismo y por la idealización anatómica. Representan a los verdugos que infligen el martirio a Cristo y muestran un modelado mórbido, de miembros robustos y monumentales proporciones, buscando la conmoción del espectador ante la crueldad que ejercen en el castigo.

Sin embargo, lejos de la fealdad y, en ocasiones, la deformidad que suele reflejarse en este tipo de obras, los sayones del municipio jiennense de Martos, para el que Romero Zafra también realizó las imágenes de la Virgen de los Desamparados y San Juan Evangelista, son varones apolíneos que poseen rostros de notable belleza viril; algo desfigurada en el caso de uno de ellos por la expresión de sadismo que adopta ante el tormento del reo, mientras que en el otro, barbado, el escultor ha querido recrear fielmente la saña que emplea a la hora de golpear el flagelo sobre las carnes del Redentor.

Si pulsan en la imagen, podrán ver más detalles de las obras y de la acertada composición resultante de juntar ambas imágenes con la talla del Cristo, también de notable mérito. Al igual que podemos ver hoy con la talla del Caifás de Juan Manuel Miñarro para Alcalá de Guadaira, se han seguido criterios muy historicistas para elaborar sus vestiduras. Entre las obras que se encuentra realizando actualmente Romero Zafra se encuentran dos Dolorosas, una para la villa murciana de Abarán y otra para la onubense de Bollullos Par del Condado.