La Virgen del Rocío y Lágrimas (1990) es la primera Dolorosa a tamaño natural labrada por el escultor cordobés Francisco Romero Zafra. Se trata de una imagen de vestir policromada al óleo, con el busto labrado en barro cocido y las manos y el candelero en madera. Mide 165 cm de altura y se halla muy alejada de la expresividad trágica y los rasgos idealizados que el autor iría plasmando progresivamente en sus Dolorosas.

Para esta creación primeriza, la primera de importancia en su trayectoria artística, Romero Zafra apostó por un rostro femenino maduro y severo, de una notoria proximidad humana, aunque algo moderada por la abstraída expresión de dolor, símbolo de la divina entereza de María en su sufrimiento.

La Virgen lleva pestañas de pelo natural en los párpados superiores y tres lágrimas de cristal surcando su semblante. Las finas cejas se elevan y los labios, semicerrados, aparecen contraídos hacia abajo para manifestar su aflicción. El cuello, suavemente anatomizado, es largo y esbelto, y las manos, de crispados dedos, portan un relicario, el manípulo y el rosario, atributos estos dos últimos típicos de la piedad andaluza.

En el año 2006, esta Dolorosa, titular de la Cofradía del Perdón, ya fue intervenida por su propio autor, quien la policromó de nuevo, tarea que ahora ha repetido. La nueva policromía, al igual que la aplicada en 2006, ofrece calidades y matices de mayor interés que la primitiva.

Entre los proyectos de Romero Zafra se encuentran las policromías de un Crucificado para un pueblo de Barcelona, una Santa María Magdalena para Martos (Jaén) y dos angelitos para el Museo Salzillo de Murcia, que formarán un conjunto con los otros dos que les presentamos el 8 de abril del pasado año.