Según comenta a La Hornacina el autor, este Ecce Homo ha sido realizado por puro placer y está a la venta; hay dos cofradías de penitencia interesadas en adquirirlo, pero de momento ninguna se ha decidido; en cualquier caso, la obra formará parte, a principios de 2015, de una exposición en Vélez-Málaga.

El artista cordobés personaliza una escena de la Pasión, representada con frecuencia en el arte español, a través de una poderosa anatomía que presta mucha atención a detalles del martirio y de una imponente majestad que transmite la fuerza del ser divino hecho hombre; superando tanto el dolor del tormento como el escarnio de la plebe pese a que algunas lágrimas resbalen por un rostro no falto, por otro lado, de extenuación.

Jesús es sometido a la traición del pueblo atado y coronado de espinas. La clámide, roja con vueltas doradas, salpicada de sangre, deja al descubierto la espalda. Para dinamizar la silueta, Romero Zafra crea diagonales, girando el torso en sentido contrario a la cabeza y flexionando las piernas, que además están algo separadas. El sudario, de pliegues aristados y también manchado de sangre, llega casi hasta el suelo.

Se trata de una talla completa realizada en madera de cedro real a tamaño natural (mide 190 cm de altura), totalmente anatomizada, con corona de espinas tallada en el mismo bloque del cráneo. Las ataduras son de cuerda de cuero y la caña es de bambú. Figura sobre una peana marmolizada y dorada en oro fino.