Dolorosa de talla completa que forma pareja con el Ecce Homo presentado en La Hornacina el 20 de diciembre del año 2014, una obra realizada en principio como un proyecto personal del reconocido artista cordobés -sin destino propio- que finalmente acabó siendo adquirida por un sacerdote de Valladolid.

La advocación de esta imagen mariana es Nuestra Señora de la Consolación. Al igual que el Ecce Homo, se trata de una escultura de tamaño natural, labrada en madera de cedro real y policromada mediante la técnica del óleo. Las piezas de orfebrería -diadema y daga- han sido cinceladas por el orfebre cordobés Daniel Porras, hermano del también escultor Pablo Porras, discípulo y colaborador de Francisco Romero Zafra.

La Virgen lleva túnica roja, velo de tonos marfileños -que cubre parcialmente sus cabellos castaños y cae sobre ambos hombros-, cíngulo hebreo, y manto azul con vueltas en pigmentos ocres y dorados.

El autor aplica un movimiento basado en las diagonales; desde la línea que va de la cabeza -inclinada hacia el lado derecho- a la mano izquierda -abierta y separada del cuerpo-, hasta el plegado de las prendas -muy anguloso-; destacando el vuelo del manto, que cruza por delante y queda aferrado en el brazo derecho de la Señora, cuya mano reposa sobre el pecho sangrante a modo de dramática simbología del dolor materno.

El modelo de representación del Ecce Homo y la Dolorosa tuvo una gran aceptación desde el Barroco, sobre todo desde los exitosos modelos de busto creados por el maestro granadino Pedro de Mena. La interpretación de Romero Zafra se ajusta a su personal estilo, caracterizado por la expresividad y el drama dulcificado.