Las piezas, de gran interés artístico, han aparecido durante la restauración del retablo mayor de la Iglesia de San Ildefonso. Se trata de dos grandes bustos que representan a Santiago y a San Juan Bautista, un Crucificado de tamaño académico y seis brazos-relicarios (en la imagen), cada uno con tres reliquias en su interior.

Por su antigüedad, se presume su pertenencia a la antigua Iglesia de Santiago que, al desaparecer en el año 1902, vio cómo su parroquia era incorporada a la de San Ildefonso. La fusión conllevó el traslado de numerosas obras de arte de Santiago a San Ildefonso, ya que este templo fue duramente arrasado en la Guerra de la Independencia, perdiendo la totalidad de su patrimonio mueble.

Cuando se inició la restauración del retablo de San Ildefonso el pasado mes de Octubre, los especialistas accedieron a estancias ocultas tras la fábrica que habían permanecido cerradas durante décadas y que, durante mucho tiempo, se habían utilizado como almacenes. En ellas han aparecido las piezas antes mencionadas, junto con multitud de fragmentos y retazos de lienzos prácticamente irrecuperables.

El Cristo Crucificado es una obra tallada en madera policromada y, por sus características, parece datar del siglo XVIII, mientras que los seis relicarios en forma de brazo tienen dañado algunos de los dedos y en su interior contienen reliquias de santos, como San Felipe, San Simón o San Andrés.