DAVID DESABROCHADO
Jesús Abades (30/04/2023)
Para su ruina, las obras de arte son propensas a ser blanco de exaltados. Bien por ideologías radicales, creencias pervertidas por el fanatismo o porque, simplemente, las encargara el enemigo de turno, la trayectoria de ultrajes es muy larga. Prácticamente, desde que el mundo es mundo. Una de las últimas barbaridades ha venido de Florida, territorio por el que la España imperialista sigue lamentando su pérdida y del que reconozco nunca he tenido una opinión favorable. Y sí, hablo de los padres del colegio concertado que defenestraron a su directora porque a los alumnos de sexto grado, en una clase sobre arte renacentista, les enseñaron como ejemplo al David de Miguel Ángel, obra maestra del renacimiento italiano y del arte en general, pero a la que esos padres consideran controvertida, molesta y hasta pornográfica. Menos mal que el David no iba acompañado de otras obras del maestro, como las de la Sixtina o la Creación de Adán, porque el trauma hubiera sido épico. Y sobre todo que la clase no fuese de Pompeya y Herculano, de Courbet, de Ingres y sus odaliscas, de la Venus de Milo, la Maja desnuda de Goya o los sueños de Dalí, porque entonces los padres hubieran tenido que buscar la palabra "aneurisma" en el diccionario. Pese a la libertad que todavía se respira en Miami, una especie de Los Ángeles sin deshumanizar pese a ser recogedero de lo peor de los exilios hispanoparlantes, Florida vuelve así a su hábitat natural, que es el retrógrado. Un régimen de crianza paterna en la que mentes enfermas y reprimidas quieren esculpir a sus criaturas a su imagen y su semejanza, que es la del deshecho, dañando así de por vida su educación sentimental, mermando la intelectual y aniquilando la creativa. Esos padres han sido los batihojas perfectos para convertir los desbarres legales de Ron DeSantis en un monumento áureo a la invalidez educativa, ensalzando así una diarrea mental que ha sido calificada por los expertos como uno de los mayores retrocesos sociales y pedagógicos de las últimas décadas en los USA. Y es que no sé ustedes, pero yo estoy harto de denunciar el sinvivir que sufre el arte por parte del talibanismo occidental -del oriental mejor hablamos otro día- entre las malas praxis, los fraudes educativos a la hora de abordar el mundo del arte y la formación de los artistas, y la censura que está a la orden del día y se prodiga también en el ruedo hispano; siendo el último caso el veto de la bienal Cáceres Abierto, en el que el ayuntamiento de la ciudad no se abrió, más bien se cerró en banda, a que la instalación "Hidropolíticas de la Ribera del Marco", que denuncia la insalubridad de las aguas del paraje, fuera exhibida públicamente. Pero en España, aunque a veces haya reveses, seguimos felizmente lejos de esos extremismos tan del gusto de la inquisición floridana que, lejos de contemplar al David como un fruto del árbol de talento, lo ven como un tío desnudo y afeminado al que hay que tapar sus vergüenzas como hizo dEmo hace 13 años llegando casi al cuello vuelto, aunque en este caso fue un tributo a la firma Missoni y no la castración de unos hipócritas moralistas. |