BAUTISMO DE JESÚS. PINTURA Y ESCULTURA
JUAN DE PAREJA

16/06/2022


 

 

Esta compleja pintura procede de la sacristía del convento toledano de la Trinidad, de donde pasó al Museo Nacional de la Trinidad de Madrid, posteriormente al Museo del Prado y más tarde depositado en el Museo de Huesca. El Museo de la Trinidad de Madrid aglutinó las obras procedentes de los procesos desamortizadores del siglo XIX de instituciones religiosas de Madrid, Toledo, Segovia y Ávila en el convento madrileño de la Trinidad Calzada, de ahí su nombre. En 1872 se decidió que sus fondos se integrasen en el Museo del Prado. Es ahí donde, gracias al pintor y coleccionista oscense Valentín Carderera (1796-1880), se logra que un conjunto de trece obras pasase a formar parte de las colecciones del entonces recién creado Museo de Huesca como depósitos, aunque en la actualidad hay doce tras el levantamiento de uno de ellos en 1986.

Su autor, Juan de Pareja (Antequera, Málaga, hacia 1610 - Madrid, 1670), de origen morisco, es sobre todo conocido por ser quien aparece en el soberbio retrato de medio cuerpo que Velázquez realizó en su segundo viaje a Italia en 1650 y que causó gran admiración en su momento (imagen inferior). Esta obra se encuentra en la actualidad en el Metropolitan Museum (MET) de Nueva York y es una de sus posesiones más preciadas entre sus colecciones de pintura europea.

Juan de Pareja era esclavo y se encontraba al servicio de Diego Velázquez, algo nada infrecuente en la España del siglo XVII. "De generación mestiza y color extraño", según la descripción del tratadista Palomino en su ensayo titulado "El Parnaso Español Pintoresco Laureado", donde destacaba a las figuras más sobresalientes del panorama artístico del Siglo de Oro español.

Las funciones de Pareja al servicio de Velázquez se limitarían a diversas tareas manuales como ayudante de taller: preparación de lienzos, moler los pigmentos, etcétera. Pero no cabe duda que unas aptitudes artísticas innatas en contacto con la obra del maestro y de las colecciones reales, afloraron a un gran pintor. Cuenta Palomino la anécdota de que fue el propio rey Felipe IV en una visita al taller de Velázquez, quien al admirar una obra de Pareja, requirió al maestro que le facilitase su carta de libertad, puesto "quien tiene esa habilidad no puede ser esclavo". No obstante Pareja siguió vinculado a Velázquez toda su vida y, tras su fallecimiento, a su hija, casada con Juan Bautista del Mazo, autor de la soberbia "Vista de Zaragoza" del Prado.

Pareja, en el Bautismo de Cristo (230 x 356 cm), obra de gran complejidad compositiva y riqueza cromática, se aleja del estilo de su maestro, para aunar un sinfín de influencias. Destacan aquellas recibidas por los autores del Barroco tardomadrileño de la segunda mitad del siglo XVII, de los que fue contemporáneo.

El cuadro relata varios pasajes evangélicos, el citado, como tema principal, y otros episodios de la vida de San Juan Bautista relacionados con la escena principal y anteriores a la misma. Sitúa el Bautismo de Cristo en primer término, ocupando casi la mitad inferior del lienzo, escena que se completa con la parte superior derecha que aparece en la abertura dejada por el paisaje, de gran presencia en el cuadro. Jesús está sumergido en el río, arrodillado y cubierto con un ceñidor blanco. Frente a Cristo, San Juan, arrodillado en la ribera del río, vierte con una concha las aguas bautismales sobre la cabeza de su primo, mientras con su mano izquierda sujeta una cruz de caña que lleva una filacteria con la inscripción "ECCE AGNUS DEI". A los pies del Bautista pace un cordero de raza merina. En la orilla opuesta tres ángeles sostienen las vestiduras de Jesús. En la parte superior, entre nubes y ángeles, aparece la figura de Dios Padre sentado, bendiciendo con su mano derecha y con el globo terráqueo en su izquierda. El Espíritu Santo, en forma de paloma, desciende sobre Jesús.

En el ángulo superior izquierdo aparece la escena de la predicación del Bautista en el desierto, aunque el paisaje donde tiene lugar es un bosque, como se representa en el arte cristiano. El predicador, desde una zona elevada, exhorta al grupo que le escucha. Según los evangelios canónicos acudían al Bautista desde Jerusalén, Judea y la región del Jordán, y luego les bautizaba en el río. En el ángulo inferior derecho queda representado este paisaje: la multitud llega a pie, a caballo o montados en carros. En la parte central, se observa un puente sobre el río que atraviesan varias personas y detrás, sobre una colina, se elevan edificaciones.

En la producción artística de Juan de Pareja hallamos retratos, escenas de género y temas religiosos. Si bien en los primeros se acerca al estilo de Diego Velázquez, en sus composiciones religiosas se aparta del mismo. En esta grandiosa pintura del Bautismo se observa la influencia del barroco de Francisco Rizi y Carreño de Miranda, así como también de El Greco (figuras de ángeles) y el colorido de Tintoretto.

 

 

FUENTES

Con información de Fernando Sarría Ramírez.

VV.AA. Guía del Museo de Huesca, Huesca, Ediciones del Museo de Huesca y el Gobierno de Aragón, 2020, p. 90.

 

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