Concluimos el especial con una talla inédita del Niño Dios que ha sido recientemente atribuida a Ricardo Bellver por el artista e investigador murciano Santiago Rodríguez López. La obra forma parte de la colección particular del reconocido escultor e imaginero alicantino Ramón Cuenca Santo, que la adquirió en el mercado del arte.

Junto a su excelente calidad pese a su minúsculo formato, posee el valioso interés de haber llegado a nosotros casi sin restauraciones, únicamente con repolicromías en las manos y los pies. Aunque está desnudo parece que, durante mucho tiempo, recibió culto total o parcialmente vestido.

Pertenecía a un conjunto sin advocación conocida, probablemente de la Virgen llevando en brazos al Niño Jesús. Actualmente forma grupo con una talla de Nuestra Señora del Carmen, de unos 50 cm de altura, que ha sido atribuida, también por Santiago Rodríguez López, al maestro barroco Luis Salvador Carmona. La imagen mariana, adquirida también por Ramón Cuenca en el mercado del arte, no conserva el niño original.

El Niño Dios se presenta en actitud de bendecir. Es una pieza de dimensiones muy reducidas (mide tan solo 14 cm de altura), completamente anatomizada y sin paño de pureza.

El brazo derecho está levantado, con la mano en actitud de bendecir al espectador. El brazo izquierdo se levanta a menor altura, juntando la mano los dedos índice y pulgar para sostener uno de sus divinos atributos. La cabeza, ligeramente ladeada hacia la izquierda, muestra ondulados cabellos cortos de tonos castaños, expresión sonriente, rasgados ojos de cristal, cejas finas y arqueadas, y sonrosados mofletes.

Las regordetas carnes y los tiernos rasgos faciales recuerdan otros niños de Ricardo Bellver, como el de la Virgen del Carmen (Urnieta) o el de la Virgen de las Victorias (Santander), así como las figuras infantiles de mármol que representan, en el fastuoso mausoleo de Madrid dedicado a Goya, Moratín, Meléndez Valdés y Donoso Cortés, a los geniecillos de la Pintura, el Teatro, la Literatura y la Elocuencia.