MARIANO BENLLIURE. 150 ANIVERSARIO
MONUMENTO A LOS CAZADORES DE ALCÁNTARA - VALLADOLID

María del Pilar Cabezón Pérez


 

 

Parece ser que fue en Egipto donde apareció la primera caballería regular de guerra. La caballería númida y la española se distinguieron por su acometividad y destreza, romanos y cartagineses deben a ellas muchas de sus victorias en las guerras púnicas. En la Edad Media se desarrolló con caracteres propios y muy significativos, adquiriendo notable importancia en los siglos venideros como elemento imprescindible en los ejércitos.

En 1931, diez años después del asedio de Monte Arruit, cuando el avance de la técnica empezó a sustituir su cometido, surgió la idea de rendir tributo a los héroes de la caballería, concretamente al llamado Regimiento de Alcántara, que vio perder casi al 70% de sus jinetes para poner a salvo a muchos soldados que combatían en la Batalla de Annual que tuvo lugar en Marruecos.

Para la realización del monumento se abrió una suscripción y se nombró una comisión, cuya alma fue el comandante Segundo Díaz de Herrera. El bronce lo cedía el Ministerio de la Guerra y el autor de la obra sería Mariano Benlliure, muy ilusionado con un proyecto que le permitía como pocos poder volcar su arte en la ejecución de una de las formas que más amaba: el caballo.

Benlliure concibió la escultura como un grupo rebosante de perfección, riqueza y movimiento. Para ello realizó su boceto en escayola, que se conserva en el Museo del Ejército de Madrid y es la base natural, espontánea y llena de vigor de la obra definitiva. En primer término aparece el portaestandarte con el uniforme típico de la caballería de Flandes, de tiempos de Felipe IV; escoltado por un lancero de la Guerra de la Independencia, a la izquierda, y un soldado de cazadores de Alcántara, a la derecha. En el segundo plano, un coracero de la Guerra de la Independencia a la derecha, y otro de caballería de línea a la izquierda.

Esta conjunción histórica de la caballería marcha al galope, con el coraje y la pasión en sus rostros, hacia el encuentro del enemigo. La sensación de estentóreo movimiento es secundado por banderas, sables y diversidad de uniformes que dan al conjunto vistosidad, armonía y esplendor.

Este monumento de Benlliure, situado frente a la Academia de Caballería de Valladolid, tuvo que hacerse al final más pequeño de lo que se pensó en un principio por la falta de recursos económicos. Se levanta sobre un gran bloque de granito pulimentado que lleva grabadas las fechas de las acciones más memorables realizadas por el Regimiento de Alcántara, terminando con las famosas cargas de Monte Arruit.

 

FUENTES: CABEZÓN PÉREZ, María del Pilar. Mariano Benlliure en el Museo del Ejército, 1990, pp. 29-31.

 

Fotografía de Pelayo Ruiz Ortiz

 

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