José Capuz Mamano es el principal representante valenciano de la renovación post-Benlliure, con evidentes influencias de Auguste Rodin, Joseph Bernard, Constantin Meunier e Ivan Meštrović, sin olvidar a Julio Antonio, Josep Clará y Nemesio Mogrobejo, en cuyos círculos artísticos se desenvolvió. Capuz es escultor avanzado que labra sus esculturas con recia factura, densos volúmenes y fuerza expresiva.

En Sevilla se encuentra una de sus obras menos divulgadas: el monumento a Sorolla situado en los jardines de las Delicias. Estos jardines están situados frente al parque de María Luisa, en la acera opuesta del paso de las Delicias, que es como se llama el primer tramo del paseo de la Palmera.

El monumento, muy vistoso, fue inaugurado en el año 1924. Se colocó en una zona ajardinada y urbanizada que diseñó el arquitecto Vicente Traver, castellonense afincado en Sevilla, el mismo que proyectó la glorieta de los hermanos Machado, trazó la iglesia del Corpus Christi y sustituyó a Aníbal González en los trabajos arquitectónicos para la Exposición Iberoamericana del año 1929.

Capuz inmortaliza con notable fidelidad dentro de su peculiar estilo al gran pintor valenciano, considerado el renovador de la pintura española. Además de su modernidad, la pintura de Sorolla está cargada de intención social como puede verse en sus lienzos Trata de Blancas o Aún dicen que el Pescado es Caro.

Este sentido progresista y social de Sorolla impulsó a la Sección de Bellas Artes del Ateneo de Sevilla a erigir este busto, encargado a Capuz y fundido en bronce en Madrid en los talleres de Codina. Como pedestal se aprovechó uno barroco que se conservaba en las Delicias abandonado desde 1864 cuando se remodeló el paseo.