Muchos han sido los autores que se han referido a Alejandro Carnicero Miguel como "escultor salmantino", por los largos periodos que pasó en Salamanca; incluso lo han identificado como "escultor segoviano" por la cercanía de su localidad natal a la provincia de Segovia, pero lo cierto es que nace en Iscar, provincia de Valladolid, el 17 de Junio del año 1693 y muere en Madrid el 6 de Octubre del año 1756.

Se sabe que al fallecer dejó cuatro hijos, sobreviviendo uno de cada matrimonio: Gregorio, Isidro, Antonio y José, siendo los dos primeros escultores; llegando a ser Isidro Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Antonio llegó a ser pintor de la Corte y José, grabador.

Pasa por ser Alejandro Carnicero uno de esos destacados escultores dieciochescos castellanos que, por la aversión que el arte Barroco sufrió en los últimos años del siglo XVIII, el XIX y bien entrado el pasado siglo XX, a pesar de la fama lograda en su tiempo, fue injustamente relegado a un olvido intensificado por la desaparición de obras y documentos ("las ruinas sepultaron bajo sus escombros magníficas esculturas debidas al cincel de D. Alejandro Carnicero y D. Manuel Alvarez". Así se refería Modesto Falcón al desaparecido Convento de Agustinos Calzados en su obra Salamanca Artística y Monumental), pero cuya memoria ha pervivido gracias a la brillantez de sus obras conservadas.

Entre 1713 y 1714, mientras Carnicero se encontraba en Zamora, Joaquín de Churriguera realiza el fastuoso retablo de la capilla de la cofradía salmantina de la Vera Cruz. Se sabe que Carnicero se instaló en Salamanca allá por 1723. Realiza varias esculturas en piedra para el interior y exterior de la cúpula de la Catedral Nueva salmantina, proyectada por Joaquín de Churriguera, así como las figuras de San Juan de Sahagún y San Estanislao de Kostka para la portada norte de la misma.

No es descartable que la relación existente entre Joaquín de Churriguera con la cofradía de la Vera Cruz y con Alejandro Carnicero facilitara a éste, junto con el talento demostrado en la Inmaculada Concepción de la Iglesia de San Román, el encargo de grupos escultóricos para esta cofradía. Son dos extraordinarios conjuntos plenamente influenciados por Gregorio Fernández, que Carnicero realiza de forma solitaria, pues todavía no está documentada la existencia de aprendices en su taller; además, se encuentra recién independizado de su maestro, aunque siguiera trabajando posteriormente en algunas obras con Fernández.

Uno de ellos, denominado La Flagelación del Redentor, fechado en 1724, es conocido popularmente como "Los Azotes" o "Culo Colorao", debido a que uno de los sayones que azotan a Jesús se encuentra en primer lugar del paso dando la espalda y vistiendo calzón rojo. Bien pudiera haberse inspirado Carnicero para la realización de los sayones en una pintura de Fernando Gallego situada en la Catedral Vieja de Salamanca.

La imagen de Jesús sigue plenamente los modelos de los flagelados de Gregorio Fernández, como el de la cofradía vallisoletana de la Vera Cruz: cabeza erguida, adelantando una pierna sobre la otra, maniatado a una columna baja y, en este caso, cruzando el brazo izquierdo al lado derecho.

Carnicero confiere a dicho grupo una disposición triangular, existiendo un boceto del mismo en la colección de la Biblioteca Nacional de España (BNE), firmado por el propio Carnicero y demostrando de paso un pleno dominio del dibujo, aunque existan algunas perceptibles diferencias con el paso finalmente ejecutado.