JESÚS CAUTIVO - MADRID
Con información de www.divinocautivo.org, Juan Carlos Fernández Seijas y Sergio Cabaco
El Divino Cautivo (F1) es una talla completa de tamaño natural, realizada en madera de nogal. Está firmada en la peana por su autor, el prestigioso artista valenciano Mariano Benlliure, quien la labró en el año 1944. La figura humana mide 183 cm de altura y representa a Jesús Cautivo ante Pilatos: el Rey hecho reo (Ego Sum Rex). Está ataviado con alba tallada, por lo que no posee túnica alguna de tejido natural, pero sí tres juegos de potencias como elementos superpuestos de la escultura. Con la cabeza alta y maniatado, posee una mirada serena y profunda que se clava en quien le mira. Esta imagen fue sufragada entre la cofradía que lleva su nombre y la comunidad de los escolapios, contando posteriormente con la ayuda del propio Benlliure, que se hizo cargo de una parte del coste. En el Museo de Semana Santa de Crevillent (Alicante) está depositado el boceto en terracota que sirvió para preparar la talla definitiva. El Varón está representado como un hombre corpulento, con el pecho y la espalda anchos y los brazos y las manos muy musculados, una anatomía propia de quien ha trabajado la carpintería durante muchos años. Muestra el pelo largo, barba modelada según la tradición siriaca, nariz alargada del tipo semítico, y ojos claros de una profundidad y serenidad impresionantes que atraen a todo el que le contempla. La imagen de Jesús Cautivo llamada Jesús el Pobre (F2) es una talla en madera policromada para vestir, fechable en torno a 1812, año en que, según fuentes de su cofradía, fue trasladada desde la sevillana Casa de Pilatos a Madrid por María Joaquina de Benavides Pacheco, tercera Condesa de Santisteban, quien supuestamente la encargó al escultor e imaginero archidonés, afincado en Sevilla, Juan de Astorga Cubero. Según otros investigadores, el traslado lo hizo un hijo varón de la mencionada duquesa, e incluso existen testimonios orales que hablan de la devoción que Isidro de Ávila y Roldán, capellán real y castrense, profesaba a esta imagen, así como de documentos escritos por dicho clérigo donde se menciona a Juan de Astorga como autor de la figura. Aunque lejos de alcanzar las calidades de otras piezas documentadas de Astorga, caso del Cristo crucificado que se custodia en la Escuela de Cristo (Sevilla), lo cierto es que las facciones de Jesús el Pobre muestran los esquemas delicados y elegantes del artista, recordando varios de sus rasgos faciales -especialmente la caída de los párpados, la afilada nariz y los labios, entreabiertos en gesto declamatorio- a las dolorosas atribuidas a él o a su círculo. Según Jesús Callejo, se llama así en contraposición con Jesús el Rico, nombre con el que también se veneraba al Medinaceli original. Una y otra imagen rivalizan en culto y milagros dentro del fervor popular. La talla de Jesús el Pobre es muy similar al Cautivo de Medinaceli (F3), de hecho se trata de una libre reproducción de dicha talla. Ambas están de pie y vestidas con hábito procedente de la Casa Ducal de Medinaceli, y a las dos se les besa los pies, alcanzando el icono de los Capuchinos los viernes de marzo interminables colas formadas por miles de devotos que dan la vuelta a la basílica en la que se conserva. Aunque la descripción artística de esta escultura, modelo para gran parte de las demás que hemos abordado en este especial, queda enlazada en nuestra primera entrega, vemos de justicia, al hablar de la iconografía en la ciudad donde recibe culto, incluir una instantánea suya a modo de remembranza. |
FUENTES CALLEJO, Jesús. Un Madrid Insólito. Guía para dejarse sorprender, Madrid, Editorial Complutense, 2001, pp. 52-53. |
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