La escultora e imaginera utrerana Encarnación Hurtado Molina es una de las pocas artistas que aún conservan el más genuino sabor de la escuela sevillana en sus creaciones, sobre todo de los aires del Setecientos. También sabe reinterpretar con fundamento a los maestros del primer realismo clásico de la centuria anterior.

Como en todas sus obras que figuran en los pasos de Semana Santa, este San Francisco de Asís (2009) de la sevillana Hermandad de la Vera Cruz se encuentra muy por encima de la mera ornamentación procesional, recreando un estilo escultórico rítmico y conseguido, propio del barroco, a través de una anatomía hábilmente proporcionada, densos ropajes y acentuado escorzo del místico, que como el resto de figuras labradas en cedro barnizado por la autora para las referidas andas, aparece sedente y portando una cruz en la mano.

Muy solicitada como miniaturista, Hurtado ha abierto un gozoso camino en ese tipo de trabajos, ya sean para tronos o retablos, si bien en obras de tamaño natural como el Cristo Resucitado de su localidad natal o la sevillana Dolorosa del Valle ha demostrado una más que probada solvencia que merece mayor expansión.