Pese a trabajar en el templo expiatorio de la Sagrada Familia (Barcelona) desde 1883 hasta 1926, año de su muerte, Antoni Gaudí sólo acabó la fachada del Nacimiento, el ábside, la cripta y parte de sus torres. En la ejecución del resto de la iglesia, cuya conclusión total está prevista para el año 2022, han intervenido diferentes manos, no siempre seguidoras del primitivo espíritu gaudiniano.

La riqueza en imágenes de la fachada del Nacimiento, fruto de la febril imaginación de Gaudí, contrasta con la sobriedad de la fachada de la Pasión, decorada durante casi 20 años (1987-2005) con más de 100 esculturas pétreas del escultor Josep Maria Subirachs (Barcelona, 1927) que se alejan del estilo de Gaudí mediante un carácter grandioso y aislado de las figuras, insertas en el expresionismo figurativo y en una concepción profundamente metafísica. Para la misma fachada, Subirachs realizó también cuatro puertas de bronce.

Con motivo del 125 Aniversario de la colocación de la primera piedra, Subirachs realizó una efigie en bronce de Sant Jordi (2007), de 3 metros de altura, que presidirá la nave central de la basílica. Se trata de una iconografía bastante cultivada por el autor, cuyas líneas siguen las de sus otras obras para la Sagrada Familia.