LA PASIÓN DE CARLO DOLCI (V)
ORACIÓN EN EL HUERTO


 

 

Este pequeño cobre pintado al óleo (40 x 30 cm) se conserva en el Palazzo Rosso, una de las sedes de los Museos de Strada Nuova situados en el centro histórico de Génova. En el año 1884, cuando su por entonces propietaria, la duquesa de Galliera, donó el edificio con sus bienes muebles a la ciudad italiana, no quiso desprenderse de esta preciada pintura, tal era el afecto que le tenía, y se la llevó a su residencia parisina. Finalmente, el cobre retornó a las colecciones del palacio genovés en 1889, cinco años después.

El pasaje de la Oración de Cristo en el Huerto de Getsemaní fue tratado con decidido matiz penitencial por Carlo Dolci. El artista florentino comenzó como retratista en la corte de los Médici para después dedicarse a la pintura devocional. Esta obra de juventud, autógrafa, es un maravilloso ejemplo de la primera etapa de Dolci, donde predominan las creaciones sacras de pequeño formato destinadas al fervor popular. El pintor simplifica de nuevo la escena por razones de espacio, lo que la hace más íntima, prescindiendo de los apóstoles.

Jesús reza de rodillas sobre una roca, inclinado ante la figura del ángel, que emerge de una nube dorada y le ofrece un cáliz con los instrumentos de su Pasión: cruz, clavos, corona de espinas, látigo, tenazas, martillo... De la frente de Cristo brota sangre, y de sus ojos lágrimas. Dorados también son los rayos que emergen de su cabeza como señal de divinidad y para que los que Dolci, creador de trucos pictóricos muy originales, solía utilizar oro en polvo para obtener un resultado desenfocado, similar al sfumato de Leonardo.

Excelente es también la versión sobre el tema que se conserva en la Galería Palatina de Florencia; en este caso, pintada hacia 1630-1650 sobre tabla (70 x 50 cm) y con el ángel situado a mayor altura portando la cruz de un modo similar a como el Salvador la llevará al Calvario. En ambos casos, el rostro de Jesús responde a un idealizado patrón masculino que repetirá en otras piezas como la Cena en casa del Fariseo o en el San José mostrando la Cruz a Jesús Niño (imagen inferior), una obra catalogable como prefiguración pasionista.

 

 

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