El único paso de la Cofradía del Valle de Ceuta recrea la solemne escena de la Sagrada Mortaja. El cadáver del Cristo de la Paz, ya descendido de la cruz, es sostenido por la Dolorosa que nos ocupa, María Santísima de la Piedad, siendo amortajado por San Juan Evangelista y las Santas Mujeres, mientras San José de Arimatea y Nicodemo son testigos del dramático momento.

Las imágenes que componen el misterio de esta corporación, fundada en el año 1955, fueron talladas a partir de dicho año por el escultor e imaginero Manuel Pineda Calderón, natural de la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra. Para su composición, el prolífico artista se inspiró en el famoso paso de la Semana Santa de Sevilla que recoge este momento de la Pasión de Jesús.

Del conjunto penitencial de Ceuta destacamos la bellísima Virgen de la Piedad, el rostro sereno del Cristo de la Paz, el ensimismado gesto de Santa María Magdalena y la efigie de San Juan, sin duda una de las mejores representaciones del Discípulo Amado que existen en la ciudad. Todo el grupo fue restaurado entre 2007 y 2008 por los restauradores ceutíes Daniel Bellón e Inmaculada Rodríguez.

La Dolorosa, a los pies de un madero con escaleras y sudario, es muy representativa de los simulacros marianos del alcalareño. Su rostro y cuello son anchos, mientras que las manos muestran rectos y finos dedos. Muy pálida y abatida, posee en su semblante ojos rasgados, labios elocuentes y las características cejas del autor: largas y con el nacimiento extendido hacia el entrecejo.