La Virgen de la Soledad, del municipio alicantino de Cox, es una interesante obra realizada en el año 1940 por el Taller Carballido, de Santiago de Compostela. Presenta notables semejanzas con la Virgen de los Dolores de Lugo, tallada por el mencionado obrador dieciocho años más tarde. Ambas muestran gran fuerza expresiva en sus apenados semblantes y las manos fuertemente unidas en señal de recogimiento y duelo.

Si bien la talla lucense mira desconsolada hacia el cielo, la Virgen de la Soledad posee un carácter más introspectivo, al representarse cabizbaja y con los gruesos párpados entornados por el llanto. Siguiendo la tradicional iconografía de la Soledad de María, aparece vestida de riguroso luto. Son de cristal los ojos y las cinco lágrimas que corren por sus lívidas mejillas, dos en la izquierda y tres en la derecha.

La imagen de Cox es de tamaño natural. Labrada en madera policromada, ofrece, pese a su procedencia, un estilo claramente emparentado con el barroco sevillano, visible sobre todo en la resolución anatómica, reducida como pieza de vestir a la cabeza y las manos, y en la belleza de un rostro que huye del gesto afeado por la tristeza. En detalles como la frente y el ceño, fruncidos por el llanto, vemos sin embargo mayor dureza de modelado que en las Dolorosas sevillanas, cuyos rasgos en conjunto suelen resultar más suaves.

Los labios, caídos y abiertos, muestran claramente la hilera de dientes superiores. Al ladear la cabeza hacia la izquierda y desviar las manos en sentido contrario, se crea una acusada diagonal que contrarresta la severa verticalidad de una figura ataviada también con diadema, blanco rostrillo, negra toca decorada con motivos dorados y largo pañuelo de encaje, recordando su vestido al del famoso modelo que la reina Isabel de Valois encargó en 1565 a Gaspar Becerra. Sobre sus manos se halla colocado un rosario.

La Virgen de la Soledad posee cofradía propia fundada en el siglo XIX. Tras desaparecer la antigua imagen en la Guerra Civil, fue adquirida la actual en el taller compostelano por Manuel Barnuevo. El Sábado Santo tiene lugar por las calles de Cox la Procesión del Santo Entierro, con la Hermandad del Santo Sepulcro, del siglo XVIII, acompañada por la efigie que nos ocupa, la cual desfila sobre trono tallado por Domingo García (2007).