Esta talla en madera policromada de María, acostada, con los ojos cerrados, las manos entrelazadas sobre el pecho y la cabeza envuelta en una severa toca monjil, constituye un dulce y, a la vez, impresionante simulacro de la Virgen muerta. El efecto se ve acentuado por el espectacular realismo de ciertos detalles, en particular la recreación de las carnes realzada por una policromía particularmente bien conservada.

Es una obra anónima de tamaño natural (162 x 47 cm) que actualmente se conserva en el Museo de Bellas Artes de Lyon (Francia). Consta documentalmente su adquisición en el año 1889.

La Virgen se halla representada en el llamado "sueño de la muerte" por la piedad cristiana, durante los momentos previos a su Asunción a los cielos. En su origen, la figura yacente se encontraba seguramente rodeada por un grupo de imágenes que representaban a los apóstoles en actitud orante.

Hablamos de un tipo de obras raro de ver en las colecciones públicas francesas. Esta en cuestión se cataloga a finales del siglo XVI y ha sido relacionada con el foco renacentista burgalés de la época. El Renacimiento fue una época de florecimiento cultural en la ciudad de Burgos bajo esquemas de mayor libertad compositiva, estética y, sobre todo, temática. A lo largo de este período, hubo un gran desarrollo de diversas artes.