GABBATHA (III)
TINTORETTO - VENECIA
Sergio Cabaco y Jesús Abades
Cuentan que el veneciano Jacopo Comin (1518-1594) era un hombre hogareño, con pocas amistades y alguna afición a la música, amante de encerrarse en su obrador con las ventanas cerradas y alumbrarse con lámparas y antorchas, lo que explica el importante número de temas nocturnos en su obra. No se conocen los libros de su biblioteca, pero posiblemente predominasen los de tema religioso, a juzgar por la abundancia de sus referencias pictóricas.
La escuela veneciana de pintura halló sus primeras formas manieristas con Tintoretto, cuyo sobrenombre viene de su padre, tintorero de profesión. Tras un breve aprendizaje con Tiziano, a los 21 años de edad era ya maestro pintor, desarrollando un estilo propio, de gran refinamiento, seducción y riqueza de contenidos, que alcanzó la madurez en la decoración de la Scuola de San Rocco (Venecia), en cuya Sala dell'Albergo se conserva esta obra.
La tela, pintada al óleo y titulada Jesús ante Pilato (1566-1567), demuestra la imaginación sin límites del talento pictórico de Tintoretto, quien, en lugar de representar a un Varón ensangrentado y abatido por los flagelos, revestido de clámide púrpura y con corona de espinas en su cabeza, recrea a un Cristo casi inmaculado, con la túnica blanca impuesta por Herodes, maniatado pero firme y erguido, reflejando su divina dignidad frente el martirio.
Según los expertos, la pieza muestra a Pilato lavándose las manos cuando la sentencia del Redentor ya ha sido pronunciada. Por lo tanto, estamos ante el momento en que el escriba, representado como un anciano sentado a los pies del tribunal y encorvado, no tanto por su edad sino por la injusticia cometida con el reo, al que todos parecen evitar la mirada por su imponente majestad, termina de dejar constancia escrita del dictamen condenatorio.
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