GABBATHA (V)
ANÓNIMO VENECIANO - PADUA

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

 

Pese a hallarse lejos del supremo esplendor de siglos anteriores, la escuela veneciana de pintura siguió aportando magníficos creadores a lo largo del Setecientos. Los tres artistas más importantes del famoso foco pictórico durante el siglo XVIII fueron Giambattista Tiépolo (1696-1770), Canaletto (1697-1798) y Francesco Guardi (1712-1793).

La obra que nos ocupa forma parte del interesante Via Crucis pictórico de la Catedral de Padua y data del siglo XVIII, siendo de autor veneciano desconocido. Es la pieza que inicia las estaciones y su título, lógicamente, es el de Jesús Condenado a Muerte. El anónimo pintor sigue fielmente la tradición veneciana, impuesta desde sus grandes maestros del Renacimiento, ofreciendo pocas novedades tanto en lo que concierne a la composición de la escena como al papel que representan sus personajes, los cuales incluso visten atuendos de corte renacentista.

Poncio Pilato, entronizado sobre una grada, señala al espectador a un Jesús derrotado física y moralmente, con las manos atadas a la espalda y un halo dorado rodeando su testa, coronada de espinas, como señal de su divinidad. El instante recreado es, precisamente, la lectura de la sentencia a los presentes por parte del escribano, situado a la derecha del procurador. Frente al silencio que guardan los soldados colocados detrás del Varón, a la izquierda del pretorio, algunos miembros de la corte que aparecen sentados a la derecha, ataviados con ampulosas vestiduras, tan lujosas como las de la autoridad romana, se muestran dialogando entre ellos sobre el dictamen.

El cuadro, férreamente sometido a los cánones del Renacimiento veneciano, no participa de los escorzos y ángulos visuales introducidos por Tiépolo, ni del gran perspectivismo y el gusto por el detalle de Canaletto, ni del estilo refinado de Guardi, discípulo del anterior y cuñado de Tiépolo; si acaso, toma algo de la preciosa nitidez cromática de Antonio Canal, apodado Il Canaletto por retratar magistralmente los canales de su ciudad, visible, por ejemplo, en los profundos rojos y azules que exhibe la ropa de Jesús, poco usual en este tipo de representaciones. 

 

Cuarta Entrega en este

 

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