GRECIA. FUENTE DEL ARTE OCCIDENTAL (I)
KUROS Y KORĒ

Con información de Roger Ling


 

Las obras de los artistas del Periodo Clásico han sido fundamentales en la Historia del Arte occidental. Los escultores, pintores, broncistas y arquitectos de la antigua Grecia (el origen) y Roma (la difusión) fijaron la sintaxis y el vocabulario de un lenguaje artístico que ha dominado Europa (y posteriormente América), a partir del Renacimiento. Incluso cuando, como en el siglo XX, los artistas reaccionaron en contra de las reglas de este lenguaje, a menudo lo hicieron sobre las bases de sus fundamentos.

 

     
     

El Moscóforo (kuros)

Hacia 570 a.C.
165 cm
Mármol
Museo de la Acrópolis de Atenas

Korē ataviada con chitón e himation

Hacia 525 a.C.
55 cm
Piedra caliza con restos de policromía
Museo de la Acrópolis de Atenas

 

Desde un punto de vista histórico, la Antigüedad Clásica definió asimismo los conceptos filosóficos y sentó las bases de los sistemas políticos que han nutrido hasta hoy al mundo surgido de ella. En concreto, la civilización griega es el fundamento de la sociedad occidental. Desde tiempos de los romanos de la República y el Imperio, Grecia representaba la cultura, la erudición, el buen gusto y la civilización.

Por arte griego se entiende el arte producido por los pueblos de la cuenca y de las islas del Egeo, así como el de las regiones mediterráneas colonizadas por los griegos, desde Asia Menor hasta la Península Ibérica. Más tarde, con Alejandro (336-323 antes de Cristo), y hasta la conquista romana, las expresiones artísticas griegas se extendieron a los territorios helenizados de Anatolia, Siria y Egipto.

Las estatuas masculinas (kuros; en plural, kuroi) y femeninas (korē; en plural, korai) aparecen a principios del siglo VII antes de Cristo. Éstas representan a mujeres jóvenes ataviadas con largas túnicas, mientras que las de los hombres son de jóvenes atléticos completamente desnudos. Tanto unas como otras establecen muy rápidamente el canon de la escultura monumental: personajes de pie, en posición frontal muy rígida, como inmóviles, con la pierna izquierda adelantada.

El kuros y la korē son las figuras arquetípicas de la estatuaria griega arcaica. En la cultura arcaica, conocida como "Edad Oscura" por la proliferación de mitos inspirados en los poemas homéricos, se atribuyó a Dédalo el origen de estas estatuas que, según el mito, caminaban por sí mismas.

Por tanto, habrá que esperar a mediados del siglo VII antes de Cristo para encontrar las primeras obras conocidas de escultura mayor en el arte griego (las estatuillas cultuales de ídolos son la producción escultórica más antigua), cuyos orígenes proceden sin duda de los contactos comerciales y culturales con Oriente y asimismo de los viajes por el Valle del Nilo, donde podían verse estatuas colosales que los griegos de la época arcaica adoptaron rápidamente. La técnica relativa a esta tipología escultórica se cree que pueda proceder de la misma zona geográfica, puesto que en Grecia los primeros ensayos plásticos se realizaron con las imágenes de madera, las cuales eran conocidas con el nombre de xoana.

El kuros y la korē captan a seres humanos reales, a diferencia de las más antiguas estatuas conocidas, que aunque humanas se refieren en realidad a dioses, como la marmórea de Artemisa encontrada en su santuario de Delos; una inscripción informa que la estatua fue ofrecida a Delos como exvoto por Nicandros de Naxos.

 

 

En los primeros tiempos del cristianismo y durante la época medieval, el arte clásico dejó paso a un arte que priorizó nuevos ideales y modo de expresión; la ilusión de realidad, por ejemplo, devino menos importante que la transmisión de un mensaje, algo que se manifestó mediante el uso de imágenes claras y simples.

Paralelamente se produjo una muy importante destrucción de obras de arte que la sociedad cristiana consideró poco interesantes o simplemente ajenas a sus propósitos. Las estatuas de bronce fueron fundidas para recuperar su metal, algunas esculturas de piedra acabaron en los hornos de cal y las pinturas fueron agredidas o simplemente abandonadas a su suerte hasta deteriorarse.

Todo ello cambió con el Renacimiento. La aparición del Humanismo en Florencia, especialmente durante el siglo XV, y en Roma en el siglo XVI, dio origen a una pasión por coleccionar y copiar arte antiguo. Asimismo, el estudio del arte griego se constituyó en la base de la Historia del Arte.

El renacimiento de la escultura antigua tuvo otra consecuencia para el desarrollo del arte: reintrodujo el concepto del desnudo de cuerpo entero como podemos ver en los kuroi, cuya primera manifestación fue la estatua en bronce de David, de Donatello (imagen superior), fundida en Florencia hacia 1430.

 

FUENTES: AA.VV. "Los Fundamentos del Arte Clásico y El Despertar del Arte Griego", en "La Antigüedad Clásica", vol. II de Historia del Arte, Barcelona, 1997, pp. 35-36; LING, Roger. "El legado del arte clásico", en "El descubrimiento del orden clásico. El arte en Grecia y Roma. El arte paleocristiano", vol. IV de Ars Magna, Barcelona, 2011, pp. 334-335; BURN, Lucilla. Greek Myths, 1990, Universidad de Texas, p. 75.

 

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