La imaginería murciana, siempre tan viva y productiva, cuenta con unos jóvenes pero muy afamados artistas, hermanos y que trabajan conjuntamente en su propio taller de escultura: los Hermanos Martínez Cava.

Juan y Sebastián tuvieron la valentía de lanzarse al trabajo profesional de la imaginería, cultivando así el gran don de la creatividad artística y técnica que Dios les ha dado, y que ellos venían "ensayando" desde pequeños. Pronto fueron adquiriendo renombre en el mundo cofrade y religioso de la Región de Murcia, gracias a las impresionantemente fieles reproducciones de imágenes sagradas famosas que realizaron en su primera época.

Con meticuloso trabajo consiguieron empezar a elaborar sus propias creaciones y labrarse un hueco más que merecido en el panorama artístico religioso, no sólo de la Diócesis de Cartagena, sino también de España en general.

Desde un primer momento, la línea artística que decidieron trabajar Juan y Sebastián fue la de la escuela imaginera murciana o salzillesca, hecho que ya les asegura de primeras un gran éxito de aceptación entre el público murciano. Pero con el decurso del tiempo y la sucesión de grandes obras salidas ya de su taller, han ido adhiriendo a su estética sus propias composiciones, así como influencias rococós y clasicistas propias de la imaginería levantina.

Son de los pocos escultores de la zona murciana que emplean (y con absoluta maestría) la técnica del estofado figurativo, así como la fabricación artesanal por ellos mismos de los aditamentos necesarios para las imágenes sagradas, véase ojos de cristal, lágrimas, pestañas, pelucas, etcétera.

Su entrada en la imaginería de tamaño natural fue todo un éxito, con grandes ejemplos ya venerados tanto dentro de la Región de Murcia como fuera de sus fronteras. La Virgen de la Aurora de Lorca (obra galardonada con el XIV Premio La Hornacina), San José con el Niño para Almería, Santa Ana para el convento murciano de las Anas o el reciente Nacimiento de la Hermandad de Labradores (Paso Azul) de Lorca que aparece en la imagen.

Pero al igual que los Hermanos García, todo esto no sería posible sin la característica principal de sus trabajos: la rotunda unción religiosa que imprimen a sus obras gracias a su profunda fe y creencias religiosas.