LA OBRA DE ANTONIO ILLANES (VIII)
JESÚS NAZARENO (TRIGUEROS - HUELVA)
Sergio Cabaco y Jesús Abades
Continuamos con el especial dedicado a las obras más relevantes
del escultor de Umbrete (Sevilla) con vistas a una futura reedición de su obra
literaria
y la creación de un certamen de imaginería en su localidad natal
La imagen, también conocida en el municipio onubense
como Jesús del Gran Poder y Padre Jesús, es una excelente obra labrada en el
año 1940 por Antonio Illanes Rodríguez que se aparta del atormentado
dramatismo de otras piezas suyas del mismo corte con el fin de ofrecernos una
versión mas íntima y sosegada de los tormentos de Jesús al cargar con el
madero hacia el Calvario.
El Cristo de Trigueros es una escultura de candelero para vestir, teniendo únicamente
esculpidos los pies hasta la altura de las rodillas, las manos y el busto hasta
los músculos pectorales. Cabellera y barba, ésta última partida en dos
sinuosas guedejas, se encuentran minuciosamente gubiadas mediante encrespados
mechones de color negro azabache, lo que contrasta con las carnaciones pálidas
del Varón. La ondulada melena se recoge suavemente hacia atrás por la
izquierda, quedando visible la oreja.
El despejado semblante presenta una gran pureza de líneas.
La sensación de fatiga y abatimiento se obtiene levantando las cejas -finas y
pintadas, lo que provoca la formación de pliegues en la frente, lacerada por la
sobrepuesta corona de espinas- y enmarcando los hundidos ojos -también
policromados sobre la madera-, con unas profundas ojeras. La nariz muestra un
decidido perfil hebraico, y la boca, entreabierta, posee tallados en su interior
los dientes y la lengua.
Los regueros de sangre del rostro son escasos y no
sobrepasan las cejas. Presenta unos hematomas, no visibles por la túnica, en el
busto -de gran corrección anatómica-, concretamente en el hombro derecho
y, sobre todo, en la parte izquierda del pecho, fruto de los maltratos. Las robustas manos se hallan también muy laceradas, como
consecuencia de las ataduras y caídas sufridas en su penoso caminar hacia el
Calvario, para lo cual Illanes adelanta la pierna izquierda del Cristo, en
moderado paso.
El Nazareno, de gran estatura y corpulencia, vuelve la
cabeza hacia la derecha y sostiene la mirada hacia abajo, buscando la piedad del
espectador. En líneas generales, la composición rezuma austeridad y resignada
sumisión por parte de Jesús ante su fatal destino.
Titular de la Hermandad Sacramental de Jesús y María, fundada en el año 1780 como Venerable Orden Tercera de Siervos de María (Servitas), recibe culto en el camarín derecho del altar mayor de la Iglesia de la Misericordia, templo de origen hospitalario.
La efigie suele ser exornada
con potencias de plata y vestida con túnica de terciopelo burdeos, bordada en oro. En
el año 1990 sufrió una intervención por parte de Eugenio Farelo, quien restauró la
encarnadura y restañó grandes fisuras que presentaba la imagen en cabeza,
cuerpo y pies. La cruz, de sección cilíndrica y arbórea, que porta sobre su hombro
izquierdo, fue realizada en poliéster por Jesús Castro Crespo (1994).
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