MES DE JUNIO 2009 - VÍCTOR DE LOS RÍOS
CRISTO YACENTE - ASTILLERO (CANTABRIA)

Sergio Cabaco y Jesús Abades. Fotografías de Jorge Piñán Gamazo


 

 
 

 

A diferencia de la pieza analizada en la entrega anterior, con esta obra Víctor de los Ríos se integra dentro del barroquismo de la tradición imaginera española. Labrada en el año 1949, muestra la particular visión del cántabro sobre los modelos castellanos y levantinos del tema de Cristo Yacente en el Sepulcro.

Fue realizada para la Procesión del Santo Entierro de la Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Vera Cruz, de León, la cual, pese a contar con el extraordinario conjunto del Sagrado Descendimiento de Ríos (1945), acabó rechazándola; según sus argumentos, por tener un excesivo tamaño para el desfile.

Una vez devuelta a su autor, la efigie acabó siendo trasladada a la Iglesia de San José del municipio cántabro de Astillero, donde también forma parte de sus procesiones de Semana Santa. Pese al desagrado inicial por parte de los cofrades leoneses, siempre ha estado considerada como una de las piezas cumbres del escultor.

Sobre un áspero lienzo de color marrón se dispone el cadáver de Cristo. La cabeza, bastante desplomada hacia atrás, muestra el rostro ligeramente desencajado y el cabello desparramado en gruesos mechones. Los signos postmortales son apreciables en las suaves livideces, la hinchazón del torso y el hundimiento del vientre.

Ríos pretende innovar disponiendo una especie de lienzo enrollado sobre la mitad superior de la espalda, en lugar de la habitual almohada sobre la que descansa la testa, lo cual acentúa la elevación del pecho, así como el sudario ocre que se recoge en la zona lumbar. Las manos horadadas por las muñecas son un grafismo típico del artista.

 

 

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