El Cristo de la Expiración, único Crucificado de la Semana Santa onubense que posee los ojos de cristal, es una interpretación muy libre del popular Crucificado de la Expiración (Cachorro) de Triana, una talla sevillana labrada en el año 1687 por el escultor utrerano Francisco Antonio Ruiz Gijón. Clavado al madero por tres clavos, la imagen monta el pie izquierdo sobre el derecho, a diferencia de lo habitual.

Se trata de una dramática representación de Cristo vivo en la cruz, en el momento de exhalar su último aliento. El escultor e imaginero valenciano, afincado en Jerez de la Frontera, Ramón Chaveli Carreres (1879-1947) modeló en 1938 un Crucificado de carnaciones morenas, con abundancia de heridas en su piel y regueros de sangre, éstos últimos tratados en relieve, destacando las desolladas heridas y la fractura del pómulo izquierdo.

La imagen es titular de la Real e Ilustre Hermandad Sacramental de San Francisco, Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Mayor Dolor, San Juan Evangelista y Nuestra Señora de la Esperanza Coronada. Procesiona el Miércoles Santo.

Entre otras creaciones destacadas de Ramón Chaveli, natural de Alzira (Valencia), se encuentran el Cristo de las Tres Caídas (1940) para Jerez de la Frontera, inspirado en el Caído sevillano de la Iglesia de San Vicente; el Nazareno de la Via Crucis (1940), labrado según el modelo montañesino del sevillano Jesús de la Pasión para la jerezana Cofradía de las Cinco Llagas; el Nazareno del municipio gaditano de Puerto Real (1941), que sigue la línea del anterior, y el Cristo de Las Angustias (1940-1942), realizado también para Jerez de la Frontera.