El rostro intensamente dolorido, donde el mismo ceño fruncido y la boca entreabierta enmarcan un rictus severo de aflicción sin perder la madura belleza, es la mayor seña de identidad entre las vírgenes dolorosas realizadas por el barroco andaluz José Montes de Oca. Esta característica, muy admirada hoy en día e imitada por los escultores contemporáneos a la hora de tratar esta iconografía, no lo fue tanto durante el pasado siglo XX, época en la que varias de sus obras fueron lamentablemente retocadas, sobre todo en su policromía, para dulcificar su expresión. A ello hay que sumar varias pérdidas a través de los siglos, provocadas por sucesos fortuitos o intencionados.

El nombre de este escultor se menciona por primera vez en una carta del conde del Águila al académico Antonio Ponz con motivo de la elaboración de los volúmenes dedicados a Sevilla en la colección "Viaje de España" (1786), aunque después el historiador no lo mencionó en la publicación. Pocos años más tarde, el también académico Juan Agustín Ceán Bermúdez publicó la primera breve biografía de este artista en el "Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España" (1800).

A pesar de que en el siglo XVIII existieron varios escultores barrocos en Sevilla, Ceán Bermúdez consideró que José Montes de Oca era el último escultor "de mérito que hubo en Sevilla". Hoy sabemos que compartió esa distinción con Pedro Duque Cornejo, Cayetano de Acosta, Benito Hita y Castillo, Cristóbal Ramos, Blas Molner y Juan de Astorga. Ceán conoció directamente las obras de Montes de Oca, pues trabajó siete años en Sevilla, en cuya etapa investigó sobre algunos artistas en archivos locales.

A pesar de ello, Ceán se equivocó en las fechas de nacimiento y muerte del escultor. Ningún estudioso salvo José Luis Romero Torres se dio cuenta que el escultor declaró su edad por primera vez en su expediente matrimonial, de lo que se deduce que nació en 1683. Sobre el lugar de nacimiento, Antonio Torrejón Díaz rechazó su origen gaditano y el de Alcalá de los Gazules. Actualmente, Romero Torres descarta su nacimiento en Antequera y Cádiz, y defiende su localización en Sevilla, donde la madre vivía con sus hijos en 1692.

José Montes de Oca, hijo de Cristóbal de León y Teresa Torrenueva, aparecerá en su partida de bautismo y en su carta de aprendizaje como José de León. A partir de su boda en 1707 en Sevilla con la gaditana Eugenia de Padilla lo veremos habitualmente como "José Montesdoca", y de esa forma firmó hasta los últimos años de su vida y aparece en los padrones de la parroquia de Santa Cruz de Sevilla. Su padre Cristóbal se marchó cuando su madre Teresa aún estaba embarazada o el escultor José estaba recién nacido o tenía pocos años.

Según Romero Torres, tal vez el hecho de que no llegara a conocer a su padre es el motivo de que adoptara el apellido Montes de Oca de alguna familia protectora. Solo en el registro parroquial de su entierro en 1754 se le llama "Joseph Montes de Oca". A pesar de eso, Ceán Bermúdez le denominó en su biografía "Montesdoca, Joseph". La historiografía sevillana del siglo XIX consolidó la fórmula de José Montes de Oca.

José Montes de Oca no ha tenido una monografía hasta finales del siglo XX (Antonio Torrejón Díaz, Colección Arte Hispalense, 1987). Desde entonces nuevas aportaciones han ido ampliando el conocimiento de su vida y el catálogo de sus esculturas. Actualmente sabemos que la familia del escultor José Montes de Oca estuvo vinculada a varias ciudades andaluzas: Utrera, Sevilla, Antequera, Loja y Cádiz.

Una de esas esculturas es la Virgen de los Dolores, de Villanueva del Ariscal (Sevilla), titular mariana de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Santa Vera+Cruz, Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de los Dolores, con sede en el templo parroquial de Nuestra Señora de las Nieves. Aunque no está documentada, es una obra "de segura atribución", introducida por Torrejón en su monografía.

Entre los años 1738 y 1739 puede datarse la imagen que nos ocupa. Su visión frontal hace pensar que está realizada antes que la Mater Dolorosa, obra propiedad durante muchos años del escultor e imaginero sevillano Manuel Hernández León, actualmente en el municipio malagueño de Vélez-Málaga. Pero su gran parecido con la Virgen de los Dolores, titular de la Hermandad Servita de Sevilla, puede situarla entre ambas esculturas.