MATER DOLOROSA - PEDRO DE MENA
DOLOROSA (VIZCAYA)

Con información de Maite Paliza Monduate (04/09/2024)


 

 

El formato de esta Dolorosa, cuyas medidas son 32 x 28 x 16,5 cm, se corresponde con el busto corto. Su composición es triangular, con la cabeza erguida y ligeramente inclinada hacia arriba, pero no ladeada, ajustada a un eje vertical. Este gesto aparece subrayado por la mirada, que se levanta enfática y penetrante hacia el infinito, con una marcada expresividad, al tiempo que con una indudable carga de dolor y tensión.

De este modo, la disposición de la cabeza aproxima esta figura femenina al tipo de Virgen Dolorosa llamada de Contemplación, variante caracterizada precisamente por orientar la mirada a lo alto, con objeto de fijarla en su Hijo, que fue adoptada por Mena en varias ocasiones.

La pieza, dada a conocer recientemente por la historiadora Paliza Monduate, pertenece a la Colección Lecanda (Bizkaia). Fue adquirida por Daniel Lecanda Goicoechea (1897-1988) en el comercio de arte, junto con un busto de Ecce Homo con el que forma pareja. En el momento de la compra se procedió a realizar sendas inscripciones en la base de las tallas que establecen con exactitud la fecha de adquisición (1940) y la identidad del comprador.

No hay noticias ni indicios sobre su origen y la identidad del comitente que las encargó. Tampoco hay datos que avalen su relación con las actuaciones de los servicios estatales de defensa del patrimonio artístico durante la Guerra Civil, a diferencia de otras dolorosas de Mena que aparecen reproducidas en las fotografías conocidas de los diferentes depósitos en los que se instalaron las obras recogidas durante la contienda.

Advertimos en esta Dolorosa una acusada tendencia al realismo, a la par que contundencia, definición y seguridad en el tratamiento del rostro. La expresividad de la figura femenina se aparta tanto de la exagerada teatralidad de ciertas dolorosas, como de la contención rayana en el sosiego que observamos en otras. Respecto a la recreación de los ropajes, si bien no se puede comparar con las piezas que incorporan brazos y permiten mayor complejidad y lucimiento en la ejecución de mangas, bocamangas, botones, etcétera, es evidente un acentuado detallismo y el gran dominio técnico del artista a la hora de representar las telas.

Respecto a su cronología, se corresponde con las décadas de 1670 y 1680, es decir a la producción tardía de Mena. Esto último, dadas las circunstancias personales y profesionales que rodearon al artista en ese momento, trajo implícito el paulatino incremento de la participación de los oficiales de su taller, sobre todo en el arco comprendido entre 1679 y 1688.

 

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FUENTES

PALIZA MONDUATE, Maite. "Dos obras inéditas de Pedro de Mena: una pareja de bustos del Ecce Homo y la Dolorosa en una colección particular", en Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, n º 45, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Granada, 2014, pp. 81, 84, 95-98.

 

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