Desde mediados del siglo XVII, esta imagen de la Virgen con el Niño es popularmente conocida con la advocación de Mare de Déu de Puiggraciós porque, cuando recibía culto en la parroquia del municipio barcelonés de Montmany, cada 25 de marzo era llevada en procesión al Puig, lugar en el que, entre los años 1701 y 1711, se edificó el santuario donde actualmente es venerada.

María, de pie, sostiene al pequeño Jesús con el brazo izquierdo, mientras que con la mano derecha le aguanta los pies. Se trata de una talla en madera policromada y estofada, datable a principios del siglo XV, que fue ejemplarmente restaurada en el año 1953. De elegante composición y suave modelado, la figura ofrece un semblante afable y maternal, propio de la estatuaria gótica del momento. Mide 69 cm. Tanto la Madre como el Hijo ciñen sus sienes con sendas coronas murales.

En los disturbios ocurridos en 1936, su santuario fue parcialmente destruido, perdiéndose el magnífico retablo mayor de estilo barroco, fechado en 1737. Afortunadamente, la efigie mariana logró salvarse gracias a la iniciativa de unos vecinos que la ocultaron en diferentes lugares hasta el final de la contienda.

Desde 1946, el templo se encuentra bajo la jurisdicción de la Parroquia de Sant Genís de L'Ametlla, aunque administrativamente la zona sigue perteneciendo a Figaró-Montmany.