MAYO MARIANO 2008 - LA DIVINA PASTORA
ARACENA (HUELVA)

Con información de la Hermandad de la Divina Pastora de Aracena


 

 

Uno de los primeros lugares donde se establece la devoción a la Divina Pastora fue Aracena, en 1722, merced a la predicación de Fray Luis de Oviedo, destacado orador y considerado como el segundo en la devoción pastoreña, tras Fray Isidoro de Sevilla. Múltiples son los iconos que dan testimonio de que aquella nueva advocación pronto se convirtió en parte de la Sierra de Aracena; baste mencionar que los dos únicos lienzos de Miguel Alonso de Tovar, artífice de la iconografía, que se conservan en la provincia de Huelva están en Higuera de la Sierra y Cortelazor la Real, habiéndose perdido en 1936 el que existía en la Parroquia de la Asunción de Aracena.

La antigua imagen de la Divina Pastora de Aracena, atribuida al escultor sevillano Benito de Hita y Castillo, poseía capilla propia hasta que, en el año 1852 y debido a la pequeñez del recinto, fue trasladada a la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Dicha talla desapareció en el incendio intencionado del 10 de agosto de 1936.

Gracias a la generosidad de una familia, la Divina Pastora vuelve a su hornacina de la Iglesia del Carmen en el año 1965. La nueva imagen, labrada en madera y telas encoladas y policromadas, es obra del escultor onubense Sebastián Santos Rojas, piadoso autor de varias imágenes sagradas bajo esta advocación. Testimonio del encargo que se hiciera al autor, así como de su donación a la parroquia, queda en una leyenda existente en la peana de la imagen, que textualmente dice: "Esta imagen fue encargada y costeada por Dn. Juan Labrador Calonge con destino a la Higlesia de Ntra. Sra. del Carmen de Aracena, En el año del Señor, de 1965 hice, S. Santos Rojas".

La Iglesia del Señor Santiago, en la desaparecida aldea de Las Granadillas, servía de pajar y establo de animales, sin techumbre, puerta ni sacristía. A partir de 1984, se adecentó el templo para ofrecer culto romero a la Divina Pastora. Las obras más importantes de restauración tuvieron lugar entre los años 1990 y 1995. 

En 1999, la imagen de la Divina Pastora, que toma como referente a la que se conserva en la Iglesia de los Padres Capuchinos de Sevilla, es restaurada por el recientemente fallecido Jesús Santos Calero, hijo del autor del simulacro, quien hizo ese mismo año una talla de Jesús Niño, representado como Buen Pastor, que desde entonces acompaña a la Señora. La intervención reparadora de Santos Calero consistió fundamentalmente en el arreglo de la policromía y la colocación de nuevas pestañas postizas.

 

Nota de La Hornacina: Nuestro agradecimiento a José Fernández
García por su colaboración a la hora de realizar este escrito. 

 

Fotografías de Antonio J. de la Cerda y Elena Miranda

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