El Mito

Un día, el dios Vulcano forjó sobre su yunque una mujer. Le dio un tierno color rosa y le puso como alma una chispa del fuego divino. Entonces la mujer abrió los ojos y sonrió.

Acudió la diosa Minerva, que, admirada por su esplendor, le regaló túnicas y ceñidores maravillosos; acudieron también las Gracias, y la engalanaron con joyas; la diosa Venus esparció sobre su cabeza el encanto de la feminidad; las Horas la adornaron con flores, y hasta el propio Júpiter quiso hacer un obsequio a la mujer antes de mandarla a la tierra.

El padre de los dioses en la mitología romana, entregó a la mujer una preciosa caja, la cual contenía todos los males de la humanidad, para que la llevara siempre consigo con la condición de que nunca la abriera, ya que si su tapa fuese levantada, todos los males que guardaba en su interior se escaparían irremediablemente.

Pero la curiosidad de la mujer, que se llamaba Pandora por todos los dones que había recibido, era demasiado fuerte, y un día levantó la tapa e, inmediatamente, todos los males se escaparon y se esparcieron por el mundo. Pandora se apresuró a cerrarla, pero sólo logró retener en la caja un pequeño pájaro de azules alas tornasoladas; era la Esperanza, que quedó así como el último consuelo de los hombres.

El Autor

El pintor, crítico y grabador parisino Ary Renan (1858-1900), figura clave del simbolismo francés, muy influido siempre por el auténtico precursor del movimiento: Gustave Moreau (1826-1898). Su primera exposición tuvo lugar en 1880, concentrándose hoy en día buena parte de sus creaciones en su país natal y Luxemburgo.

Al igual que Moreau, manifiesta un gusto por los personajes legendarios, el exotismo y las atmosferas oníricas. Su obra Pandora (hacia 1895-1900), perteneciente a su última etapa, es un óleo sobre madera que coloca a la protagonista de la historia en una inquietante cueva de estalactitas impregnada de fuertes colores oscuros.