LAS GLORIAS DE MURILLO (II)
LAS TRINIDADES CELESTIALES Y TERRENAS
Sergio Cabaco y Jesús Abades
La iconografía, también conocida como Las Dos Trinidades, es relativamente rara. Fue tratada ocasionalmente en Flandes y en España durante el siglo XVII. Deriva del episodio evangélico del retorno de Jesús del Templo, acompañado de la Virgen María y San José. Las tres figuras representan una Trinidad "terrenal", protegida en las aturas por la paloma del Espíritu Santo y la figura de Dios Padre, formando la Trinidad "celestial". Según el biógrafo de Murillo, Acisclo Antonio Palomino (1724), este óleo sobre lienzo (293 x 207 cm) fue ejecutado para la ciudad de Cádiz y perteneció al Marqués del Pedroso. Fue pintado en la última y más confiada etapa de Murillo, probablemente entre 1681 y 1682, cuando el artista trabajaba para la iglesia capuchina de la capital gaditana. Algunos expertos lo catalogan entre 1670 y 1680. Conservada desde 1837 en la National Gallery de Londres, es una de las mejores creaciones del periodo final de Murillo. Muestra una composicion piramidal y cercana, subrayando una vez más el pintor la humanidad de sus protagonistas. El Niño, colocado con amor y orgullo por María y José sobre un pedestal, mira hacia su Padre con la melancolía de quien conoce su trágico destino. El modelo mariano aparece en otras obras del artista, como la Santa Justa de Dallas, mientras que el semblante del Niño se inspira curiosamente en el de la Inmaculada Concepción del Escorial, custodiada en el Museo del Prado. San José es la interpretación más juvenil y refinada de todas cuantas hizo Murillo del patriarca. Existen otras dos versiones conocidas del tema por Murillo. Una es la del Nationalmuseum de Estocolmo, obra de juventud que a veces también es mencionada como el Retorno de la Sagrada Familia de Egipto, en la que prevalece la huella de sus primeros maestros. La otra es la de la Fundación Cajasol, adquirida en una subasta del año 2000 tras haber pertenecido a un coleccionista alemán, la cual constituye además una de las escasas muestras a pequeño formato de Murillo como pieza definitiva ya que fue realizada para un oratorio privado. |
FUENTES Con información de la National Gallery de Londres. CORDERO, Miguel. "Las obras maestras", en Murillo, Milán, 2003, p. 162. |
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