MICHELANGELO NACCHERINO ENTRE ESPAÑA E ITALIA (I)
CRISTO ATADO A LA COLUMNA
04/02/2022
Con motivo de los 400 años de su fallecimiento, no queríamos dejar de llamar la atención sobre la obra de Michelangelo Naccherino, aunque sea a través de este breve especial. Hablamos de un escultor y arquitecto italiano, nacido en Florencia pero afincado muy joven en el Reino de Nápoles y Sicilia, donde impulsó una renovación artística siguiendo el espíritu de la Contrarreforma y mantuvo una notable relación artística con los virreyes españoles, lo que explica la presencia en España de varias de sus esculturas. |
Foto: Museo Lázaro Galdiano |
Discípulo de Giambologna y colaborador de Pietro Bernini -padre de Gian Lorenzo Bernini-, la vida de nuestro artista, difundida en la historiografía española por Elías Tormo, se extiende desde 1550 hasta 1622. La producción artística de Naccherino fue especialmente fecunda, desarrollándose en Florencia, pero sobre todo en Palermo y Nápoles, entre la pléyade de escultores florentinos y lombardos que a tan alto grado llevaron a dichas ciudades el naturalismo escultórico tan característico de la escuela toscana. Sus creaciones, encargadas y buscadas por la Iglesia y por la nobleza, se difundieron ampliamente por Italia y por España. Se conocen al menos dos versiones de la iconografía de Cristo Atado a la Columna realizadas por Naccherino. Una de ellas (imagen superior), labrada en mármol, mide 199 cm de altura y se conserva actualmente en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid. Esta escultura fue un regalo del aristócrata Pedro Fernández de Castro al rey Felipe III, quien, al parecer, la donó al convento madrileño de los trinitarios descalzos, donde Ponz, sin reparar en la firma, la atribuyó a Gaspar Becerra, opinión seguida por Ceán Bermúdez. Cuando se produjo la desamortización y el convento de la Trinidad recogió las pinturas desamortizadas, la escultura se encontraba aún en el mismo lugar. Tras el derribo del convento pasó varios días en la acera de la calle Atocha, debiendo ser por aquellas fechas cuando se mutiló la firma de Naccherino del pedestal dejando solo el nombre, pues fue entonces cuando Elías Tormo denuncia la salida de España de una obra de Michelangelo Buonarroti. La pieza estuvo en el mercado del arte en París donde la vio el conde de las Almenas, siendo adquirida más tarde por José Lázaro para la colección que dio lugar al citado museo. La otra versión (imagen inferior), parece que esculpida por Naccherino para Cosimo II de Medici. En este caso, se conserva en el templo dedicado a San Quirce, Santa Lucía y San Pedro de Alcántara del municipio toscano de Montelupo Fiorentino. Es muy similar a la del Museo Lázaro Galdiano, tanto en tamaño, material y fisonomía, siendo la diferencia más significativa el hecho de no tener el brazo izquierdo sobre la espalda, sino los dos brazos extendidos hacia la columna de tipología baja a la que se halla amarrado, que en el caso italiano presenta un tipo diferente de mármol. Es posible también que la escultura de Montelupo sea algo posterior en el tiempo, ya que se fecha entre los años 1616 y 1617, mientras que la española se cataloga entre 1613 y 1616. |
Foto: Silvano Salani |
FUENTES BARRIO MOYA, José Luis. "Miguel Ángel Nacherino. El Cristo de la columna del Museo Lázaro Galdiano", en Revista Goya, nº 175-176, Madrid, Fundación Lázaro Galdiano, pp. 2-7. NIETO GALLO, Gratiniano. "Miguel Angel Nacherino y sus obras en la provincia de Burgos", en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, tomo 16, Universidad de Valladolid, 1949-1950, p. 119. |
www.lahornacina.com