MARIA LACTANS (I)
BERNARD VAN ORLEY
Sergio Cabaco y Jesús Abades
Dentro del ciclo navideño, el tema de la Virgo Lactans o Virgen de la Leche se integra en el momento del Descanso en la huida a Egipto, cuando María, reposando de las fatigas del azaroso exilio, aprovecha para amamantar a Jesús en su regazo y cambiarle los pañales, lo que se conecta también con las efigies conocidas como Virgen de Belén. En este breve especial, intentaremos hacer una visión lo más genérica posible de la iconografía a través de sus creadores, ya que abarca numerosos simbolismos e interpretaciones. |
La Virgen de la Leche es una representación de María amamantando al Niño. En los textos de los primeros Padres de la Iglesia se identifica la maternidad de la Virgen con la Iglesia, ya que María, como madre de la cabeza mística de la Iglesia, se convierte en madre de todos los cristianos, es decir, en la propia "Ecclesia", y como madre los amamanta y proporciona los cuidados necesarios como hizo con su propio Hijo. Esta idea está en relación con la costumbre en la iglesia primitiva de dar a beber a los neófitos leche con miel como alegoría de su nuevo nacimiento, llegando a convertirse en un símbolo eucarístico. Hallamos referencias plásticas y literarias que aluden a la Virgen como Maria Lactans desde los primeros tiempos de la cristiandad. De ser cierta la identificación de la mujer que aparece en las dos pinturas de la catacumba romana de Priscila (imagen inferior derecha, hacia 255 d.C.) con la Virgen, las representaciones consideradas hasta el momento como las más antiguas de María la mostrarían amamantando al Niño. De todos modos, aunque existen referencias al tema en la literatura y costumbres de los primeros cristianos, plásticamente no surgiría con fuerza en Occidente hasta el medievo, mientras que en Oriente lo encontramos representado con más frecuencia. Y es en Egipto, el país donde antaño se había venerado con fervor la imagen de Isis, diosa virgen y madre, amamantando a Horus, donde hallamos un número de ejemplos suficiente para suponer que a esta advocación de María se le debió tributar en el Egipto copto un culto especial. La versión que sobre este asunto hace el pintor flamenco Bernard van Orley (Bruselas, hacia 1487-1491/1541) se inspira en la llamada "Madonna del ábside" (imagen inferior izquierda) de Robert Campin -basada a su vez en un original desaparecido del año 1420-, uno de los primitivos flamencos, fundador junto a Jan van Eyck de la escuela pictórica de los Países Bajos. Ambos ejercieron gran influencia en el estilo de Bernard, si bien, aunque nuestro artista nunca estuvo en Italia, fue gradualmente introduciendo elementos del Renacimiento italiano hasta llegar a inscribirse en su etapa de madurez dentro de la escuela romanista. Si la escena de Campin (MET, Nueva York) se ajusta, literalmente, dentro del ábside que le da título, la de Bernard (Prado, Madrid) se enmarca en una arquitectura renacentista que denota sus intereses estéticos italianos, caso de la mayor profundidad del espacio. Las figuras son, asimismo, más expresivas e idealizadas. Al igual que en la obra de Campin, los ángeles músicos hacen referencia a las celebraciones litúrgicas y a los numerosos himnos contemporáneos que alababan a la Virgen. Es propio de Bernard la técnica minuciosa y la recreación muy cuidada de las materias, propias del arte flamenco, así como los brillantes colores del cuadro. |
FUENTES RODRÍGUEZ PEINADO, Laura. "La Virgen de la Leche", artículo publicado en Revista Digital de Iconografía Medieval, volumen V, nº 9, Universidad Complutense de Madrid, 2013, p. 1. BLAYA ESTRADA, Nuria. "La Virgen de la Humildad. Origen y significado", artículo publicado en Ars Longa: Cuadernos de Arte, nº 6, 1995, Universitat de València, p. 167. Con información del Museo Nacional del Prado de Madrid. |
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