Se trata de una de las piezas procedentes de la primitiva parroquia vallisoletana de San Ildefonso. Su autor, el escultor Esteban Jordán, discípulo y colaborador de Gaspar Becerra, realizó otras obras para dicho templo -del que solo se conserva un fragmento de su portada exterior-, como el retablo mayor -actualmente en el templo parroquial de Nuestra Señora de la Victoria, también en Valladolid- o el desaparecido sepulcro de Juan Tamayo, quien fuera el primer patrono de la capilla mayor de San Ildefonso.

Este retablo de la Anunciación, concebido como una gran pieza en altorrelieve, fue realizado por Esteban Jordán en una fecha imprecisa de los últimos años del siglo XVI. El año de 1597 se toma del testamento del escultor, en el que recoge que se coloque un "retablo de la Salutación", que ya tenía realizado, junto a su sepultura. La obra de Jordán bebe del estilo romanista del maestro; de quien, además, fuese probablemente familia política ya que se cree que su segunda esposa, María Becerra, era sobrina de Gaspar Becerra.

Al igual que la Anunciación y el resto de grandes relieves labrados en alabastro por Jordán para el trascoro de la Catedral de León, es una pieza de cuidada factura -enmarcada entre columnas corintias- que revela su aprendizaje bajo el influjo miguelangelesco, tanto en la apostura de los personajes como en la composición ambientada en la alcoba de María, que arrodillada sobre el atril en el que leía, acaba de recibir el anuncio divino del arcángel Gabriel. De la parte superior, rematada en arco, emerge entre cúmulos de nubes celestiales Dios Padre para dar lugar, junto al Espíritu Santo, a la Encarnación del Verbo.

La primera parroquia de San Ildefonso fue fundada hacia 1575 en el antiguo convento del Santísimo Sacramento -calle Sacramento, hoy Paulina Harriet-. En 1844 la parroquia se trasladó al cercano convento de agustinas recoletas, fundado en 1606. En la década de 1960 dicho convento fue demolido, inaugurándose cinco años más tarde un nuevo edificio de estilo posconciliar. Los diversos cambios de sede hicieron que el patrimonio de San Ildefonso se dispersara, quedando del mismo en la actual parroquia, entre otras piezas, esta Anunciación.