VISITACIÓN (I)

Con información de Giovanni Membola (16/12/2023)


 

Este tema del ciclo navideño, previo al nacimiento de Cristo, ha sido siempre muy cultivado por los artistas. La escena del cariñoso encuentro entre las dos primas encintas, símbolo del abrazo del Antiguo y el Nuevo Testamento, de las promesas mesiánicas y de su cumplimiento, ha dado lugar a bellos ejemplares pictóricos y escultóricos, llenos de emoción y complicidad.

 

 

La catedral de la localidad italiana de Brindisi (Apulia) está consagrada a la Visitación y a san Juan Bautista. En su interior recibe culto un grupo procesional en madera policromada del tema que nos ocupa, muy venerado por los pescadores de la ciudad; de hecho, procesiona sobre una barca todos los años, a comienzos del verano, desde el templo metropolitano hasta el barrio costero más antiguo de la ciudad.

La iconografía hace referencia a la visita que realizó la Virgen a su prima Isabel, quien había quedado embarazada pese a su avanzada edad. El evangelio de Lucas cuenta que el 31 de mayo María salió apresuradamente de Nazaret para dirigirse a Ein Karem, ciudad de Judea situada a unos 6 kilómetros de Jerusalén, y asistir a su anciana pariente en el último periodo de su embarazo, permaneciendo con ella hasta ocho días después del nacimiento de su hijo Juan, el futuro Bautista o Precursor de Cristo. Fue en aquella ocasión cuando María pronunció el "Magnificat", un canto de oración y alabanza acerca de que nada es imposible para Dios.

Según la tradición, los franciscanos crearon la festividad en memoria del encuentro entre las dos primas. Los frailes menores la celebraban el 2 de julio, día recurrente del final de la visita, ya en 1263.

Volviendo al conjunto escultórico de Brindisi, tiene una altura de 135 cm y, según sus responsables, es de autor desconocido. Sin embargo, por sus semejanzas estilísticas, podemos relacionarlo con el arte de Francesco Verzella, escultor napolitano activo desde finales del XVIII hasta 1835, año de su fallecimiento; de hecho, María e Isabel presentan, respectivamente, grandes parecidos con dos piezas asignadas a Verzella en Italia: la Madonna de la Misericordia (Terlissi) y la Santa Ana que figura junto a la Virgen Niña (Foglianise).

Descansa sobre una base rocosa con ruedas en cuya zona inferior, con remates dorados, se lee una inscripción con la fecha de 30 de mayo de 1813, que podría coincidir con la de su bendición. En la catedral también se conserva una interesante pintura sobre el tema de la Visitación, atribuida a Niccolò Perillo.

Sobre la tradición de procesionar hacia la zona marinera de Brindisi, probablemente se haga como homenaje y agradecimiento por ser la fuente de una gracia especial; pues María e Isabel, por los hechos evangélicos reseñados, suelen ser protectoras de las parturientas. No hay información cierta sobre los orígenes de esta tradición, que además de en Brindisi, se celebra en algunos lugares de Apulia y centro-sur de Italia (Gallipoli, Salice Salentino o Molfetta, entre otras). En algunas, la Visitación también es reconocida como la patrona de los pescadores locales.

 

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