Tras finalizar sus estudios, Francisco Pinto Berraquero vuelve a Jerez de la Frontera en 1951 e instala su estado en el taller de su padre, el tallista Lutgardo Pinto Ruiz (1896-1975), nacido en Tarifa (Cádiz). En 1965, Pinto ingresa como docente en la escuela jerezana de Artes y Oficios Artísticos, y se asocia con su amigo y antiguo discípulo Manuel Prieto Fernández, surgiendo así una etapa de fructífera creatividad que duraría hasta 1982 y que se vio reflejada en un buen número de restauraciones, reproducciones y obras de imaginería.

Quizás la imagen más famosa de dicha etapa fue la de Cristo con la cruz a cuestas que, con la advocación de Nuestro Padre Jesús de las Misericordias, fue tallada en 1976 para la Cofradía de la Candelaria (Jerez de la Frontera). Una obra que reemplazó al primitivo titular del escultor e imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci. El nazareno actual, apodado en Jerez "El Moreno" por sus oscuras carnaciones, representa a Jesús de pie y llevando el madero sobre el hombro izquierdo, durante su encuentro con Santa Verónica en el trayecto hacia el monte Calvario. La efigie ladea la cabeza hacia el lado derecho y dirige su mirada a la Verónica, que, arrodillada, intenta enjugar el rostro del Mesías, cuya corona de espinas se encuentra esculpida en el mismo bloque del cráneo. El varonil rostro presenta los ojos y pestañas policromados en la madera, perfil hebraico, pómulos angulosos y boca entreabierta con los dientes tallados en su interior. La mano izquierda del nazareno abraza el travesaño de la cruz, mientras que el brazo derecho se extiende hacia la figura femenina.

La Verónica fue tallada en 1957 por Castillo Lastrucci, siendo restaurada en 1981 por José Guerra Carretero y en 2011 por Agustín Pina Calle. En el año 2006 se añadió al paso procesional un simulacro del isleño Juan Carlos García que representa a Simón de Cirene recibiendo la orden de ayudar a Cristo a cargar con el madero por parte de un soldado romano, en presencia de las Santas Mujeres. Frente al gesto enfurecido y despótico del romano, el Cirineo muestra una actitud obediente y resignada, mientras las mujeres lloran desconsoladas ante el cruel destino de Jesús.

El también jerezano Manuel Prieto Fernández (1938-2008) fue otro de los nombres fundamentales en la historia de la imaginería procesional nacida en Jerez de la Frontera. Reiteramos que fue un artista muy ligado a Pinto, con el que compartió taller y realizaciones. De las manos de Prieto salieron dolorosas como la Virgen de la Candelaria, titular mariana de la citada corporación, o la Virgen de la Concepción, además del Señor de las Misericordias que ejecutó junto a Pinto. Su trayectoria profesional también estuvo ligada a la Escuela de Artes y Oficios de Jerez, aunque su vinculación con el mundo cofrade local fue el que más notoriedad le concedió.

Manuel Prieto fue una persona inquieta en su oficio, lo que le llevó a mantener una pugna para que se le reconociera la coautoría de varias obras realizadas junto a Pinto, caso de la que nos ocupa, o los derechos sobre la dolorosa de la Concepción, a la que quiso devolver la estética que tuvo cuando la creó en 1957, después del desafortunado retoque llevado a cabo en 1976 por José Guerra Carretero, quien aplicó una nueva policromía que desvirtuaba sus rasgos originales y que eliminó por completo la primitiva, no conservada bajo dicho repinte. Para recuperar su impronta original, el artista hispalense Fernando Aguado realizó el pasado año 2023 una policromía de nueva factura basada en los escasos testimonios gráficos que quedaban de la imagen que realizó Prieto con tan solo 19 años de edad.