FRANCISCO PINTO BERRAQUERO. DOBLE ANIVERSARIO
CRISTO DEL PERDÓN
18/03/2024
Foto: Ezequiel Galindo |
La modernidad que desprende la imagen del Cristo del Perdón (1963) se evidencia en la manera en que Pinto fusiona una estética atrevida y logra mantener un equilibrio con el propósito para el que se hacen las imágenes devocionales, logrando establecer un equilibrio entre la tradición y la innovación. El crucificado fue realizado en la década de 1960, cuando tiene lugar la consolidación de la postura oficial de la Iglesia en relación con la aceptación de creaciones artísticas adaptadas a los movimientos vanguardistas. Por esta razón, la concepción tradicional de la imaginería quedaba relegada a la simplificación de las formas volumétricas y a una clara manifestación de la materia constructiva subyacente. En este caso, la sólida representación volumétrica de las formas esenciales de la imagen nos remite no solo a su período formativo en Madrid bajo la tutela de José Capuz, sino también a ese momento en el que el lenguaje artístico de escultores como Francisco Pinto Berraquero se expande. Asimismo, podemos advertir similitudes con otros artistas de la época, especialmente José Luis Vicent, tanto en las soluciones formales que emplea como en su enfoque en la policromía; no obstante, es importante destacar que estas soluciones eran compartidas por varios artistas de ese periodo. La actitud de la escultura de San Francisco de Asís -que, junto con la Divina Pastora y Santo Domingo de Guzmán, nuestro artista realizó para la República Dominicana-, así como la propia expresión de su rostro, se traduce en este crucificado jerezano, titular de la hermandad de penitencia que lleva su nombre: el trabajo con el sudario, la propia concepción de la cruz y el INRI asumen las claves experimentadas en las tres figuras para el templo dominicano de las Mercedes, hibridadas con el mantenimiento de la figuración que no podía abandonar el cuerpo de la divinidad. La simplificación y estilización del Cristo del Perdón continúa las búsquedas iniciadas y aprovecha sus logros para renovar la imaginería tradicionalmente anclada en el Barroco. Esta misma iniciativa la observamos en algunas obras del citado José Luis Vicent, como el Cristo crucificado de Yelbes. Teniendo muy presente el estilo de la imagen, Lourdes Hernández Peña presentó en 2022 un conjunto escultórico compuesto por los ladrones Dimas y Gestas, crucificados y flanqueando a Jesús en el Calvario. Para la artista sevillana era sumamente importante mantener en las dos nuevas figuras la esencia y el diseño que Pinto imprimió al Cristo del Perdón, aunque también era consciente de que las nuevas generaciones de hermanos no habían conocido al titular sin cruz ni corona barroca, de ahí que decidiera aunar los dos estilos, devolviendo al Cristo a una cruz plana pero con textura arbórea. Los ladrones van con un madero del mismo estilo, todo visionado siempre con unidad artística. Todo el grupo se recoge en un mismo monte, conformado por piedra pizarra y distribuido en distintos planos, que divide el terreno en dos: en una parte se encuentran la cruz del Cristo del Perdón y la figura de Dimas, y en la otra Gestas. Todo parece significar que Gestas busca la separación física, mental y espiritual de Dios. Además de la cruz, Lourdes Hernández Peña realizó una nueva corona de espinas, rememorando igualmente la esencia de la original, diseñada en hierro fundido. Para su ejecución la escultora optó por un material noble, el bronce, con reflejos dorados que recuerdan el significado de la misma: por un lado, la corona de rey; por otro, la divinidad en sus espinas. |
Foto: José Luis Contreras |
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FUENTES MARTÍNEZ SALAZAR, Guillermo y RÍOS MOLINA, Miguel. "La escultura de Francisco Pinto para el templo parroquial de las Mercedes de Santo Domingo en República Dominicana", en Revista de Historia de Jerez, n º 26, Centro de Estudios Históricos Jerezanos, Jerez de la Frontera, 2023, pp. 229-230. |
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