REINTERPRETACIÓN DE LO SAGRADO (II)
GINO RUBERT
17/08/2020
La obra de Gino Rubert (México D.F., 1969), artista nacido en México de padre catalán y madre mexicana, que trabaja y vive entre España, Alemania y su país natal, gira en torno a dos inquietudes: la necesidad de representar el mundo sentimental y social que le rodea y la voluntad de desacralizar tanto el proceso de creación como la obra de arte misma dotándolas de funciones tan prosaicas y profanas como agradecer o pedir. Para lograr lo primero, Rubert hace un esfuerzo por comprender ese mundo y así mantenerlo a una distancia saludable, de ahí la ironía, el humor, o incluso el aire mágico de las representaciones que realiza del mismo. Un mundo de experiencias y emociones a las que se accede desde el marco animado y blindado de las relaciones sentimentales: la nueva mujer, el nuevo hombre, sus funciones, disfunciones, conflictos y retóricas. Formalmente, Rubert se reconoce hijo de la tradición de que el arte debe seducir primero a la mirada a través de artificios como trampantojos y distorsiones, para desde ahí invitarnos a la reflexión. En esta línea, sus creaciones pictóricas se definen por una técnica mixta y compleja que mezcla el collage de fotografías y/o materiales como el corcho o el césped artificial, con pintura acrílica y al óleo. En 2005 se publicó una nueva edición de la Salomé (1891) de Oscar Wilde. Gino Rubert, artista polifacético que cultiva desde la pintura hasta la escultura, pasando por el dibujo, el vídeo y las instalaciones, creó una serie de collages con la referida técnica mixta, que lleva el título de la protagonista, para ilustrar dicha publicación, los cuales fueron expuestos en una muestra del Centro Cultural Círculo de Lectores. |
Salomé, figura del Nuevo Testamento, se hizo famosa por seductora y por ser la culpable, instigada por su madre Herodías, de la decapitación de Juan el Bautista por orden de su padrastro Herodes Antipas. Su imagen, objeto de múltiples interpretaciones durante siglos por el arte y la literatura, la han mostrado siempre como una musa tan sensual como mortal. Las versiones de Rubert presentan a Salomé en un mundo surrealista en el que repite sus hazañas y aparentemente lamenta sus malas decisiones De entre las obras de la serie, destaca la titulada "El beso", en la que la bailarina ha logrado su propósito y tiene en sus manos una bandeja de plata con la cabeza de San Juan Bautista. Tras leer la obra y sin darse cuenta, Rubert descubrió que tenía en el estudio y sobre los caballetes al personaje de Salomé, ya que sus trabajos se centran en ese tipo de mujer fatal, capaz de lograr lo que se propone a cualquier precio, "esa mujer tremendamente dominante que te puedes encontrar en la vida". La crítica de arte Victoria Combalía destacó el trabajo de Rubert y su "recuperación del collage como elemento de gran belleza artística". A raíz de Salomé, la periodista Rosa Cullell calificó a Rubert de "artista que pinta mujeres torturadas, delgadas y rodeadas de una tensión latente". Otra pieza a destacar de la serie, sin título, muestra a la protagonista contemplando completamente absorta la cabeza sangrante de un San Juan Bautista que parece mirarla también con atención, casi diríase que con admiración. Los retratos fotográficos en blanco y negro, antiguos y nuevos, inexpresivos, han sido también un hilo conductor en el trabajo de Gino Rubert, debido a su obsesión por la muerte y por como ésta nos mira desde el fondo de los ojos de los demás. En este sentido su proceso de trabajo al transformar y reubicar a sus personajes en roles y en escenografías nuevas aspira o juega de alguna manera con la idea de "revivir lo muerto". |
FUENTES INTXAUSTI, Aurora. "Gino Rubert imagina la 'Salomé' de Oscar Wilde", en El País, 09-09-2005. CULLELL MUNIESA, Rosa Maria. El mejor lugar del mundo, Barcelona, Ara Llibres, 2011, p. 63. |
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