REINTERPRETACIÓN DE LO SAGRADO (X)
PAUL FRYER
Con información de Christine de Winter (31/08/2020)
Pietà (The Empire Never Ended) |
El británico Paul Fryer (Leeds, 1963) vive y trabaja desde la década de 1990 en Londres. Hablamos de un polémico artista visual que emplea regularmente la escultura y los medios electrónicos para sus bizarras y espectaculares instalaciones, que además suele montar en lugares de exhibición poco habituales. Tras un breve paso por la Escuela de Arte de Leeds, su localidad natal, en la década de 1980, en los años siguientes Fryer trabajó como DJ, músico y productor musical, hasta que se mudó a Londres en 1996 para trabajar como diseñador gráfico y asesor de galerías. Durante este período también escribió un libro de poesía, que fue ilustrado por su colega Damien Hirst, cuya obra también suele ser objeto de polémica. En el año 2005, después de decidir dedicarse al arte, Fryer celebró su primera exposición individual en Londres. Desde entonces, ha expuesto ampliamente en muestras individuales y colectivas del Reino Unido y del extranjero, en ciudades como Florencia, Turín, Venecia o Nueva York. A menudo colabora con el físico teórico e ingeniero Colin Dancer para crear complejos trabajos electrónicos y mecánicos, poniendo en práctica las últimas tecnologías e investigaciones científicas. Estas colaboraciones han convertido las ideas de ambos profesionales en unas experiencias formidables y envolventes: estrellas, ondas sonoras, campos electromagnéticos y otras fuerzas se doblegan a la voluntad del científico y del artista. |
Lucifer (The Morning Star) |
La obra de Paul Fryer suele reflexionar sobre lo trascendente, la moralidad y la religión. Piezas iconoclastas que pretenden cruzar las fronteras entre el arte y la ciencia a través de bellas y desafiantes esculturas figurativas en las que destacan sus vínculos con el hiperrealismo y la observación científica. Su obra más conocida es Pietà (The Empire Never Ended), en la que Cristo, en vez de estar clavado en la cruz, aparece sentado en una silla eléctrica. Fue realizada en cera, madera, cabellos naturales, óleo y lienzo, siendo adquirida para la colección permanente de la Fundación François Pinault. Su visión suele causar escándalo, conmoción e incluso dolor entre algunos cristianos, aunque la cruz en la época romana era el equivalente de la silla eléctrica, más infame aún porque estaba reservada para los cristianos. En ambos casos son instrumentos de muerte y tortura; el de Fryer contemporáneo, de forma que acerca la Pasión de Jesús a la historia reciente, al tiempo que reflexiona sobre la pena de muerte y el sufrimiento ajeno. Luego ha realizado nuevas versiones como Blue Pietà. Al igual que la anterior, el acentuado realismo del rostro y las carnes del condenado, su cabello natural coronado de espinas, el rojo sangre de sus heridas y el dolor de su expresión, abatida y abrumada, nos retrotraen a las tallas procesionales de la Semana Santa española. De hecho, estas figuras que pueden parecer provocativas y agnósticas, hunden sus raíces en la tradición popular de la imaginería realizada en España, cuyo espíritu dramático y sangriento fue subrayado al extenderse a otras zonas como Latinoamérica o Filipinas. Y es en esta alianza de tradición y modernidad, en esta concentración de significados esenciales, donde reconocemos en las "piedades" de Fryer su dignidad como obras de arte. Siguiendo la tradición de los escultores de cera, las obras de Fryer parecen vivas y congeladas en el tiempo. Otro ejemplo lo tenemos en Lucifer (The Morning Star), una instalación que representa al ángel caído enredado en una red, con su cuerpo retorciéndose de agonía, suspendido e incapaz de moverse. La red es la de los cables del telégrafo, cuyos postes se ciernen como cruces ante el propio Lucifer, una terrorífica figura de cera con la que Fryer simboliza también al frágil humano atrapado en las redes de las tecnologías que él mismo ha creado. |
Blue Pietà |
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