LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE (IV)
25/10/2023
Desde el 13 de enero de 809, la ciudad de Kotor, en Montenegro, custodia los restos del mártir san Trifón, cuyo culto, especialmente en la Edad Media, estaba muy extendido tanto en Oriente como en Occidente. Las reliquias se conservan en la basílica-catedral dedicada al santo, una de las dos catedrales católicas de Kotor y la más antigua de todas las catedrales que existen en la costa oriental del Adriático. Las últimas investigaciones han demostrado que el interior original del templo data del siglo XII, lo que se corresponde con la fecha en que fue construida la catedral que sustituyó a la primitiva, cuyas reducidas dimensiones reclamaron una nueva iglesia. Las obras del segundo edificio comenzaron en 1124, siendo consagrado el 19 de junio de 1166. Era un templo que mezclaba el estilo bizantino con el románico lombardo. La inestabilidad del terreno y los numerosos seísmos, especialmente los de 1537, 1563 y 1667, causaron daños considerables y las reconstrucciones cambiaron el aspecto original de la catedral, destacando las efectuadas entre 1671 y 1683 en estilo barroco. Otras reformas importantes tuvieron lugar entre finales del siglo XIX y principios del XX, siguiendo las formas de los siglos XIV y XV, y a partir de 1988 después del catastrófico terremoto de 1979, estas últimas también a partir de planos antiguos. Entre las numerosas obras de arte que conserva la catedral de san Trifón, destacan poderosamente los restos de los frescos góticos bizantinos, el altar mayor (1362) que combina los estilos románico y gótico, y valiosas piezas de orfebrería como el retablo labrado en la primera mitad del siglo XV, único en la referida zona del Adriático. Pero es sin duda la capilla de las reliquias su zona más aclamada. En origen del siglo XIV, fue reconstruida entre los siglos XVII y XVIII. El actual diseño arquitectónico, con magnífica decoración en mármol de Carrara, fue concebido y ejecutado entre 1704 y 1708 por el famoso arquitecto y escultor veneciano Francesco Penso, conocido popularmente como Cabianca (1665-1737), junto a su equipo de colaboradores. Se asemeja al relicario de la basílica de San Antonio en Padua, diseñado por Filippo Parodi unos años antes que el de Kotor. La capilla fue costeada por el matrimonio formado por Vinka e Iván Bolica, miembros de una poderosa y antigua familia noble de Kotor. La elección del prestigioso Cabianca muestra la importancia de estas reliquias para el pueblo de Kotor. Cabianca estuvo activo en Dalmacia a finales del siglo XVII y principios del XVIII, y los historiadores del arte coinciden en que sus obras para Kotor son las de su mayor alcance artístico. El relicario está presidido por una hornacina central con sarcófago de mármol sostenido por dos ángeles, sobre el que está la figura arrodillada de san Trifón sobre nubes. En el sarcófago se encuentran un relicario con restos del santo (siglo XVIII), un cofre de plata del siglo XV, obra de la escuela de orfebrería de Kotor con una representación en relieve de su martirio, y otro relicario con la cabeza del santo, del siglo XIV con reformas del XVII. Ocho medallones de mármol, de extraordinaria belleza y refinamiento en sus detalles, representan también escenas del martirio de san Trifón. En cinco nichos de mármol la capilla también se custodian otras significativas reliquias que los habitantes de Kotor han ido donando durante siglos, en su mayoría realizadas por orfebres locales entre los siglos XIV y XVIII. Hablamos de unos cincuenta relicarios en forma de bustos, brazos y piernas. |
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