REMBRANDT 350 AÑOS. LOS TEMAS SACROS
MATER DOLOROSA
Jesús Abades y Sergio Cabaco
Esta Mater Dolorosa, pintada en 1661 mediante la técnica del óleo sobre lienzo (105 x 80,5 cm), es una obra maestra del período tardío de Rembrandt. La actitud e iconografía de la Virgen se ajustan a lo tradicional, lo novedoso es la visión de Rembrandt, especialmente los efectos lumínicos a base de un claroscuro marrón dorado y blanco, y una luz que cae sobre el rostro de María, sacándola de la oscuridad circundante. La composición del cuadro es limpia y precisa en su presentación de los motivos, e impresionista en su representación del material. El artista ha logrado traducir la elevación mística y la tensión psicológica de la escena con una economía increíble. Aquí, Rembrandt está preocupado por expresar el dolor y la tristeza a través de elementos como un semblante alejado de toda idealización. El rosario que sujeta la Virgen entre sus manos es un añadido posterior que se agregó en una fecha desconocida. En una época en la que Holanda era zona calvinista y prohibía la iconografía religiosa, Rembrandt dio nueva vida a la pintura sacra a través de sus representaciones realistas y humanísticas. Aunque recurrió a la obra de maestros renacentistas italianos como Leonardo da Vinci y Rafael Sanzio, el uso de la luz y la materia por parte de Rembrandt produjo intensos resultados y distinguió su trabajo del de sus contemporáneos. |
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