RETABLOS I (7)
RETABLO DEL MONASTERIO DE YUSTE

Con información de José Antonio Ramos Rubio y Wifrido Rincón García


 

 

El Monasterio de San Jerónimo de Yuste (Cáceres), cuya significación artística queda ampliada por haber sido residencia y lugar de fallecimiento del emperador Carlos V, está situado cerca de Cuacos, en la Comarca de la Vera. El conjunto monacal se halla constituido por la iglesia, las dependencias monacales y el palacio del emperador. Las obras del conjunto arquitectónico comenzaron hacia los años 1408-09 y concluyeron en 1557 con la construcción del palacio, iniciado dos años antes para servir de retiro al emperador.

El presbiterio del templo, a semejanza de las iglesias jerónimas, está muy elevado por unas doce gradas, habiendo sido reformado para alojar bajo él la cripta donde reposaron los restos de Carlos V hasta el año 1574. En el Altar Mayor debemos destacar el magnífico retablo, concertado en el año 1580 con el pintor Antonio Segura, según las trazas de Juan de Herrera.

Se trata de una espléndida obra en madera policromada y dorada, compuesta por dos pares de columnas corintias que enmarcan La Apoteosis de Carlos V, copia realizada por Segura de La Adoración de la Santísima Trinidad de Tiziano cuando Felipe II trasladó al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial los restos de su padre, enviando la obra original al mismo y mandando hacer una copia para Yuste.

Se representa en el cuadro a la Santísima Trinidad en la Gloria y a la Virgen como intercesora del género humano, mirando a un grupo de bienaventurados y a otro de pecadores, entre los que figura Carlos I, su esposa Isabel de Portugal, María de Hungria, Felipe II y Tiziano.

Remata la pieza un frontón partido sobre el que se disponen las Cuatro Virtudes Teologales -Fe, Esperanza, Justicia y Fortaleza- flanqueando al escudo imperial. En el banco hay dos pinturas sobre tabla que representan a los Cuatro Padres de la Iglesia Occidental: San Jerónimo, San Gregorio, San Ambrosio y San Agustín. Delante del tabernáculo se ha colocado recientemente una talla de San Jerónimo de finales del siglo XVI.

A modo de curiosidad, podemos concluir diciendo que este retablo fue trasladado en el año 1823 a la Iglesia de Casatejada, donde se adquirió por 200 reales de vellón, volviendo a su primitivo emplazamiento tras las reformas practicadas con motivo del incendio francés del año 1809.

En 1860 el monasterio fue adquirido por el Marqués de Mirabel, cuyos descendientes lo donaron al Estado en 1941 y, tras una nueva restauración, volvió a acoger a una comunidad de jerónimos en el año 1958.

 

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