FRANCISCO RIBALTA (IV)
SAN FRANCISCO CONFORTADO POR UN ÁNGEL MÚSICO
Con información de Luis Miguel Enciso Recio
En el convento de Capuchinos de la Sangre de Cristo de Alboraya (Valencia) pintó Ribalta dos cuadros claves y admirables en su producción, San Francisco confortado por un Ángel Músico (hoy en el Museo Nacional del Prado de Madrid) y Cristo coronando a San Francisco, también conocido como San Francisco abrazando a Cristo Crucificado (hoy en el Museo de Bellas Artes de Valencia). Según los estudios de Enciso Recio, ambas obras -la primera, seguro, ya que consta que fue adquirida en 1801 por Carlos IV con motivo de su visita a Valencia, así como la copia que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Valencia; la segunda, que hacía pareja con la anterior, posiblemente- pasaron a poder de la Corona por la estrecha relación entre el mencionado rey y su pintor de Cámara Vicente López. Ello obedecía al siguiente proceso: el monarca se empeñaba en visitar personalmente iglesias y conventos en busca de pinturas y otras obras de arte, y luego López servía de intermediario para la obtención de piezas capitales del Renacimiento y el Barroco valencianos; es decir, el pintor seleccionaba la pieza que era pagada después por la Corona, y de acuerdo con los servicios de Corte, se enviaba dicha pieza a Madrid para luego López realizar una copia exacta con el fin de suplir el original, copia abonada, en su momento, por los servicios de Corte. La pieza que nos ocupa representa la leyenda de San Buenaventura: en ella vemos a San Francisco de Asís, enfermo y estigmatizado, un año antes de su muerte, tendido en un humilde lecho y sorprendido ante la presencia del ángel, que toca un laúd para reconfortarle. Junto con la figura angélica aparece también un cordero, símbolo de Cristo. Al fondo, un monje casi en penumbras, apenas iluminado por un candil que sostiene en su mano derecha, entra en la austera celda, aparentemente ajeno a la visión, para atender al santo. Además de la copia del Museo de Bellas Artes de Valencia, hay otra en el Museo Goya de Castres -no realizada por Vicente López-, así como una réplica modificada en el Museo de Hartford (imagen inferior). El original del Museo del Prado es un óleo sobre lienzo de 204 x 158 cm, cuyos contrastes de luces y sombras, unidos al sobrio colorido, acentúan el inquietante misticismo de una dramática escena que mezcla lo irreal con lo cotidiano. |
FUENTES ENCISO RECIO, Luis Miguel. Compases Finales de la Cultura Ilustrada en la Época de Carlos IV, Real Academia de la Historia, Madrid, 2013, pp. 175-176. |
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