Obra tardía del maestro madrileño documentada recientemente. Se trata del Cristo del Socorro que se venera en el templo madrileño de San Antonio de los Alemanes. Pudo ser uno de sus últimos crucificados, pues la obra se abonó el 12 de marzo de 1672, año y medio antes del fallecimiento de Sánchez Barba, quien cobró por este trabajo la cantidad de 2.792 reales. Fue la pieza principal de un retablo trazado por Juan de Lobera.

Es titular de la Santa y Pontificia Real Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid, que lo procesiona en Vía Crucis por las calles aledañas de la iglesia. Según información de dicha corporación, mandó tallar en 1672 el crucificado a su costa el entonces mayordomo Antonio Monsalud.

De aspecto sosegado, figura estilizada y presencia elegante, el Santo Cristo del Socorro recuerda los modelos de Sánchez Barba, pero, en especial la escultura del Cristo Yacente que se venera en el templo madrileño de San José. Esta asociación formal entre ambas obras daría pie a considerar que este último es una creación tardía del escultor e imaginero, evolucionada a partir de una tipología anterior.

En este crucificado Sánchez Barba planteó un nuevo registro de representación, despojado de toda la tensión y expresión que caracterizan al ya analizado Cristo de la Agonía del Oratorio de Gracia. El de San Antonio de los Alemanos es una pieza coherente pues, a diferencia del anterior, muestra un cuerpo ya muerto que ha exhalado su último aliento. Una quietud solo rota por el dinámico tratamiento del perizoma, que ondea al viento.