LA ICONOGRAFÍA DE SAN JOSÉ - PINTURA Y ESCULTURA (XXII)
JOSÉ DE ALZÍBAR

21/03/2021


 

 

El pintor novohispano José de Alzíbar (activo entre 1751 y 1803) ha dejado una obra pictórica muy vasta, tanto de temas religiosos como retratos, que está diseminada por toda la república mexicana. Fue un importante actor del desarrollo de la pintura novohispana en la segunda mitad del siglo XVIII. Formado en la tradición novohispana, Alzíbar fue testigo de los cambios que trajo desde Europa la fundación de la Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos en 1785, y participó activamente en ellos. En 1799, José de Alzíbar firmó un cuadro donde atestigua ejercer como teniente director de dicha academia, con sede en Ciudad de México.

La primera "obra pública" que realizó Alzíbar como responsable de un conjunto fue un retablo colateral para el templo de los hermanos hospitalarios de San Juan Dios, cuya rica ornamentación quedó devastada debido al incendio de 1766. Ello constituyó el espacio idóneo donde José de Alzíbar mostró su destreza como titular de un posible taller, pues tuvo que coordinar a doradores, escultores y ensambladores, y encima el pintor realizó algo muy poco común: entregarlo antes de la fecha programada.

Lo anterior sin duda dio pie a nuevos compromisos, ya que a partir de entonces recibió encargos de otras congregaciones, tal es el caso de los oratorianos de San Felipe Neri, cuyo templo y casa quedaron destruidos debido al terremoto que devastó a la ciudad en 1768, por ello pidieron a las autoridades virreinales la ex casa Profesa que había sido habitada por los jesuitas hasta su expulsión en 1767. El virrey aceptó pero sólo interinamente. Años más tarde volvieron a hacer la petición, y se les entregó de forma definitiva en 1773.

Tanto la casa como el templo estuvieron decorados por lienzos de sus devociones y retratos de los hermanos, algunos realizados por el pincel de Alzíbar. Son dignos de mencionar dos que muestran su habilidad como retratista: el primero es el "Patrocinio de San José, la Virgen de las Nieves y San Felipe Neri sobre la Congregación del Oratorio" (imagen superior). Alzíbar representa al prepósito, padres y hermanos que integraban la comunidad filipense, postrados ante el Patriarca San José, quien los cubre amorosamente con su manto sostenido por la Virgen de las Nieves y San Felipe Neri, patronos de la Congregación.

En la cartela los hermanos agradecen a San José: "Aviendo experimentádo efta congregacion por un efpacio de doze años la funefta calamidad de que ningún año pafsáfse fin llorar difunto a alguno de los pocos sujetos, que la componía, acordó, que nueftros […] fundadores reconocieron por Patróno al gloriofifsimo Patriarcha Sn. Sn. Jofeph". En la misma inscripción proclaman su patrocinio: "por los padres del decennio en la Congregación de elección el día 9 de mayo del presente años para monuménto perpétuo de nuestra gratitud, y maiór estímulo de los fieles a su devoción se le dedico efte lienzo el dia 2 de septiembre 1767".

El segundo lienzo es también un patrocinio, titulado en este caso "Patrocinio de San José sobre el Virrey" (imagen inferior), de menor tamaño (el anterior mide 390 x 480 cm) e igual de rico en información, pintado en 1774, que representa a los filipenses cobijados con el manto de San José. La obra "conmemora el inicio de la Profesa como San José el Real" y constituye también un verdadero documento histórico. En ella aparece, entre otros, don Antonio María de Bucareli y Ursúa, virrey de la Nueva España, pues fue, como hemos apuntado, quien les cedió la casa Profesa de forma definitiva y fue protector de la congregación.

Estas dos obras pictóricas son otro ejemplo del reconocimiento social que José de Alzíbar comenzaba a tener en la década de 1770. Los patrocinios mostraban la forma en que las órdenes, congregaciones o familias de élite, se ponían bajo la protección del manto de la Virgen María o de San José; por ello, encontramos varios rostros en ellos de eclesiásticos, autoridades y civiles.

La devoción a San José durante la segunda mitad del siglo XVIII generó imágenes con atributos iconográficos y funciones devocionales aplicados por origen a la Virgen María. Estas obras fueron censuradas en toda la Nueva España por la Santa Inquisición, debido a que existía una ley eclesiástica que especificaba los atributos propios de cada figura religiosa. Sin embargo, el fervor popular se impuso a las disposiciones eclesiásticas.

 

 

FUENTES

FLORES GARCÍA, Karina Lissete. El quehacer artístico de un pintor novohispano: José de Alzíbar (tesis doctoral), México, D.F., Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2013, pp. 31-35.

ROBIN, Alena. "La Pasión de Cristo según José de Alcíbar", en Via Spiritus, Revista de História da Espiritualidade e do Sentimento Religioso, nº 17, Oporto, CITCEM, 2010, pp. 197-198.

Con información de la Pinacoteca de la Profesa.

 

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